27 octubre 2006

Parlez vous français?

Ayer fuimos a la alianza francesa en Luanda. Un curso intensivo de 2 meses con 4 horas semanales cuesta 75$. Nos hemos apuntado. Es un auténtico chollo. Nuestro profesor habla todo el rato en francés y muy rápido. No tengo muy claro si es angoleño pero sí que ha vivido varios años en Francia, Bélgica, Italia, Portugal...

Es negro, por supuesto. Iba a poner que mola tener un profesor negro. Pero la verdad es que es simplemente negro. Sin más. Es un buen profesor, eso sí. Habla mucho y muy deprisa. Es diplomático (no de profesión, sino de actitud). Ayer estuvimos hablando de los problemas de Angola en clase. Nada nuevo. Aunque sí que comentó que antes de la guerra, antes de que la economía angolana se basase en el petróleo y los diamantes, antes de que la población abandonase el campo para buscar el refugio de las ciudades, Angola era el 2º productor mundial de café. Es un dato que habla muy a las claras de uno de los grandes problemas de este país: nadie trabaja. Hay tanto dinero, aunque sea en las clases altas, que las clases bajas prefieren mendigar y subsistir mendigando a los que tienen el dinero del petróleo, que trabajar. De esta forma, no hay sector primario en Angola. El secundario se reduce a lo poco que no importa Angola para utilizar en la estracción de crudo y de diamantes. Aquí no se fabrica nada, no se produce nada. No se planta nada. Sólo se recoge lo que no necesita cuidados. Tanto desde las clases dirigentes (a los que el dinero les llueve literalmente) como desde la clase media o desde la clase más pobre.

Angola se está creando desde el tejado. Tienen dinero para hacerlo, desde luego, pero es muy peligroso intentarlo sin una tradición adecuada, sin un bagaje que les sustente.

Además, tienen otro gran problema. Los países de alrededor están peor. Algunos mucho peor. Y los países (como las personas) tienden a compararse con sus vecinos. No es que esta comparación sea sana. Pero desde un punto de vista práctico, a veces cierta envidia puede ayudar a alcanzar una situación mejor. Angola no tiene siquiera ese referente. Cualquier cosa que haga no la colocará por debajo de sus vecinos. Y si no mira más allá (lo cual no quiere decir que tenga que copiar a occidente en todo) difícilmente podrán la mayoría de sus habitantes salir de la extrema pobreza en la que viven.

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26 octubre 2006

Quién ha apagado la luz?

16 horas. 16 estuvimos sin luz ayer. Desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche. No voy a decir que lo pasamos mal. De 8 a 3.30 trabajando. Hasta las 6 hubo luz natural y después estuvimos jugando al póker iluminados por una vela en nuestra super terraza.

En nuestra terraza, sí. Tengo que hacer fotos. A las 10 estábamos a unos 26 grados. Como vivimos en un quinto piso (sin ascensor, como a mí me gusta) corre una cierta brisilla. Los mosquitos no suelen llegar tan alto y nosotros no les damos razones para ello. Así, nuestra terraza es el sitio ideal para, a la luz de una vela, jugar al póker cuando llevas 12 horas sin electricidad. Nos han comentado que podría estar mucho mejor si tuviésemos flores aromáticas. Así que si tenéis alguna idea sobre el tema os estaremos muy agradecidos :-)

Más desgracias que no lo son tanto. Nos tuvimos que beber el helado, que después de tanto tiempo, no aguantó en estado sólido. Una experiencia digna de constar en los anales de las mayores catástrofes. Esa y la de tener que ducharse todos los días con agua fría (no tenemos caliente). Sienta de mal cuando no sabes cómo despertarte y ya estás de nuevo a 26 grados...

Luanda de noche es mucho más bonita que de día. La suciedad desaparece y sólo ves las luces, todo alrededor. Nos sentamos a cenar siempre fuera y observamos. En primer plano la cosa cambia. Todo resulta sospechoso, pero desde la terraza, Luanda, cuando se viste de noche, es una auténtica belleza.

Este fin de semana probablemente alquilemos un coche y nos vayamos de excursión. Me está sentando fatal la estancia. No sé yo si aguanto un año aquí XDDDDDD


Nota para mi familia, y muy especialmente para mis padres: las dos últimas frases son irónicas.

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24 octubre 2006

La laguna

Este año, como el anterior, Ana me pidió que escribiese un cuento para el concurso que organizan por estas fechas.

El año pasado no escribí nada y este año tampoco lo iba a hacer. Pero ayer, durante la siesta, volví a tener un sueño un poco raro. Desde luego, no todo lo que escribí salía en el sueño. Sólo pequeñas partes. El resto se me fue ocurriendo. Lo pongo porque esto, al fin y al cabo, también forma parte de mi estancia aquí.

De repente, se encontró con una de aquellas piedras. Tantos años deseando poder echar un vistazo en una de ellas y ahora, por fin, tenía su oportunidad. No sabía de cuánto tiempo disponía. No sabía quién era el dueño ni cómo había llegado hasta allí. Sólo que estaba allí y que, si se decidía a utilizarla, su vida cambiaría.

Porque la vida de un engendro de pantano cenagoso no era la mejor de las vidas. Siempre escondiéndose de los engendros mayores pero siguiéndolos a distancia para comer de sus despojos. En ocasiones, cuando el hambre acuciaba se veía obligado a cazar, pero siempre existía el riesgo de que la posible presa no fuese más que un cebo y que unos dientes afilados esperasen tras el feliz momento de la captura, para devorarlo cuando estuviera confiado y comiendo.

Aquellas piedras, según había oído, te transportaban a otros mundos. Mundos de aguas cristalinas, donde no había engendros mayores y se podía descansar a la luz del sol sin necesidad de salir a superficie (con el consiguiente riesgo de ser devorado por uno de esos engendros voladores de grandes garras y fuertes picos).

Había oído tantas cosas. Todas ellas alucinantes. Aquellas piedras habían sido el principal tema de conversación de sus hermanos engendros, los que habían nacido de la misma bolsa que él y con los que creció hasta cumplir 2 meses. Hasta los dos meses la vida de un engendro de pantano era muy sencilla. Protegidos por su minúsculo tamaño y bajo el suelo cenagoso del pantano, nadie les podía comer. De alguna manera sabían que llegaría un momento en el que tendrían que salir de allí, más que nada porque pasado ese tiempo se quedaban sin comida, y los más fuertes tendían a olvidar los lazos familiares dando buena cuenta de los hermanos más débiles.

¿Y qué engendro no había escuchado las famosas historias del engendro centenario, que con una de aquellas piedras viajó a todos los lagos y lagunas del mundo? Aquel engendro decía que había algunas tan grandes que en el sitio más profundo, a pesar de ser sus aguas trasparentes, no llegaba la luz. Otros tan fríos que aún siendo verano era imposible salir a la superficie pues una capa de agua congelada de varios engendros de longitud lo impedía. También había lagos peligrosos, con tantos devoradores de engendros por unidad de agua que era imposible sobrevivir más de dos días siendo un engendro completo. Para eso ser un engendro tiene sus ventajas. Se te podían comer cualquier parte del cuerpo y seguir viviendo. Siempre volvía a crecer hasta adoptar la forma anterior.

Luego estaban las historias que nadie se creía, como aquellas de la laguna llena de engendras que se mataban entre ellas por poder estar con un engendro de pantano (esta no era creíble porque cambiaba según se lo contasen a un engendro de pantano o a uno de charca) o aquellas en las que había surtidores de donde salía la comida de tal forma que un engendro sólo tenía que colocarse delante durante toda la vida e ir engordando y engordando hasta estallar. Puede parecer increíble, pero todo engendro desea morir estallando. Y las familias de aquellos que lo consiguen se sienten muy afortunadas. Una vez conocí a una engendra que había perdido a 850 hijos y 726 habían desaparecido estallando de diversas formas. Nunca he visto nunca una engendra tan feliz.

Por fin tendría historias que contarles a sus futuros hijos. Historias como las de aquel engendro centenario. Había una de ellas, hablaba de una laguna. Se llamaba la laguna del canto del engendro pues los engendros son tan felices allí que se pasan la vida cantando. No hay depredadores de profundidad y los de superficie emigran cuando hace calor así que se puede subir y flotar con la mitad del cuerpo al aire tomando el sol hasta estallar. En invierno el agua nunca se congela y las engendras son de lo más promiscuo (sin llegar a matarse entre ellas).

Claro que también había oído historias terroríficas sobre engendros que habían usado mal una de esas piedras y habían acabado sus vidas sufriendo las consecuencias. Historias como la de aquel que se equivocó al elegir destino y en lugar de pensar en la laguna de estallido pensó en la laguna del estampido y terminó sus días en una laguna artificial con medio engendro de profundidad alrededor de la cual no paraban de producirse estampidas de manadas de engendros terrestres gigantes. Estos engendros gigantes nunca se metían al agua y por tanto nunca tuvo la posibilidad de morir estallando bajo una de sus patas (así como morir estallando es lo que más desea un engendro, el tener la muerte por estallido cerca y no alcanzarla es lo que más infeliz le hace). Él no quería eso así que estuvo dudando durante bastante tiempo. Después de todo, su vida actual no estaba tan mal. Quizá no tenía muchas posibilidades de morir en un estallido pero por lo mismo, tampoco era un infeliz. Si se iba corría el riesgo de perder aquello.

Al cabo de unos días tomó una decisión. Se iría. Una vez estuvo completamente seguro se despidió de todos a los que conocía que le fueron deseando la más estallante de las muertes. Se dirigió hacía la piedra, la envolvió con su cuerpo mirándola con atención hasta verse reflejado en ella. Pensó en su destino: la laguna del canto del engendro. Lo pensó con intensidad y con la mayor claridad posible. No quería acabar en algo como la laguna del "llanto" del engendro. Repitió el nombre (el correcto) una y otra vez y cerró los ojos (los 56) para concentrarse mejor.

Sintió cómo una fuerza le absorbía arrastrándole en una espiral ascendente. Se estaba mareado pero aguantó sin abrir los ojos (había historias de engendros que se habían vuelto locos por abrir los ojos durante el viaje). Cuando al cabo de unos segundos todo se detuvo a su alrededor por fin se atrevió a mirar.

Sólo vio unos dientes enormes y afilados que se cerraban. Después, la oscuridad.



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23 octubre 2006

El sky surf y otras cosas para hacer

El sábado nos invitaron a comer. Fue una comida tranquila e interesante. Fue una comida rica, entre libros. Y quien me conozca sabrá que de libros me alimento casi tanto como de comida.

Fue una tarde llena de anéctodas pues nuestro anfritrión tiene muchas que contar. Habiendo estado viviendo en el norte de África, en China y en Japón, la punta del iceberg que nos mostró nos dijo muy a las claras que lo nuestro aquí no es más que el principio.

Otro día hablaré de las relación áurea y de cómo se ha construido una casa y unos jardines que la respetan. Otro día pues, aunque se extendió en detalles, me quedé con ganas de saber más cosas.

Y luego fuimos a la Illa. Si buscáis Luanda en Google Maps, veréis que tiene una especie de espolón enorme creando una bahía. Todo ese espolón es una zona turística. Con playas donde van los occidentales a olvidarse del resto de la ciudad. Se tumban en una de las hamacas y esperan a que el ronroneo del mar les transporte donde quiera que deseen estar.

Las comidas cuestan entre 80 y 100$. En Luanda todo es caro. Pero en las playas de Luanda, todavía lo es más.

Ahora estamos en primavera. Empieza a no hacer frío y los negros empiezan a meterse en el agua. Los blancos, para los que 24º no es hacer frío se meten todo el año en el mar ante la estupefacción nativa. Los blancos, cuando las temperaraturas llegan a 32º con un 90% de humedad desearían ser negros y no sudar como cerdos.

Y mientras estábamos en una de las playas vimos a unos cuantos hacer sky surf. Hay una escuela. Me apunto seguro. A eso, al gimnasio, a los safaris, a las ONG's, a jugar a baloncesto, a salir todos los días de marcha, a encontrar una librería...

Pero antes tenemos que encontrar un coche, que aquí anochece a las 6.30 y con la oscuridad llegan los peores peligros de Luanda. El coche es tu casa allá donde vayas a la hora que vayas. En tu casa estás seguro. De día estás seguro. Con gente estás seguro. Si vas solo por la noche lo mejor es llevar algo de dinero para cuando te atraquen. No les gusta irse con las manos vacías. Y les entiendo. Y como no es limosna no me importará darla. Robar es un trabajo como otro cualquiera. Es arriesgado. Yo de pequeño quería ser ladrón. Uno de los buenos, de guante blanco.

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Si no os aburrís mucho no leáis esto

Miró a su esposa con una intensidad de la que sus ojos habían carecido en los últimos días. Estaba tendido en el camastro que, junto a la silla donde se sentaba ella, eras los dos únicos muebles que había en la habitación, dando la impresión así, de estar todavía más vacía de lo que hubiera estado sin nada en absoluto.

Tanto la cama como la silla eran viejos y estaban desvencijados y corroídos por la carcoma. La luz, ya mortecina como correspondía a la última de la tarde, entraba por una ventana, cuyas ventanales de madera no habían sido cerrados en semanas.

- Te dejo todo. Y es mucho, muchísimo más de lo que crees. La casa, como sabes, es grande y he mandado traer muebles para todas las habitaciones. Disfrutarás de ellos y de una pequeña pensión para tus gastos. Eso sí, el día que te vuelvas a casar o que tengas un hijo, he dejado claro en mi testamento que la casa y todo lo que he comprado para ella pasará a formar parte de un colegio gratuito del que tú te encargarás.

La luz fue desapareciendo. Cuando la de las estrellas sustituyó a la del crepúsculo él ya había muerto.

Tras unos meses de duelo, la mujer siguió con su vida. Los nuevos muebles llegaron. Sus hábitos, hasta entonces austeros, cambiaron y desde su nueva posición empezó a conocer a lo más selecto de la ciudad. Y aquellas últimas palabras de aquel moribundo se ocultaron en su memoria. Otro hombre apareció en su vida y se volvió a casar un poco antes de que se cumpliera un año de la muerte de su antiguo esposo. La boda fue por todo lo alto y cuando, después de la luna de miel, regresaron a casa, un cartel de cobre había sido colgado encima de la puerta principal: "ESCUELA".

Pero el cartel era sólo el principio. Sin que ella lo ordenase, aparecieron anuncios en los periódicos, en la televisión, en la radio, en internet. Y, por arte de magia, fueron enviados a todos los que parecían necesitarlos, formularios para inscribirse en el nuevo curso que comenzaría en pocos meses.

El nuevo marido, que nada sabía de aquello, pues la mujer, al haberlo olvidado, no tuvo oportunidad de contárselo, no se lo tomó demasiado bien. Y, cuando todos sus esfuerzos se mostraron vanos a la hora de detener aquello, la abandonó. Pues si bien no le desagradaba, le atraía mucho más cuando todo su dinero y posesiones iban a ser compartidos únicamente con él.

Porque la mujer, que en un principio no había dado crédito a las últimas palabras de su antiguo esposo, se volcó en el nuevo proyecto. Quizá por sentimiento de culpa, o porque sentía que se lo debía. Quizá porque siempre quiso haber tenido hijos, quizá porque le gustaba la enseñanza. Nadie supo nunca las razones exactas, pero aquella escuela albergó a alumnos y profesores mientras su vida la mantuvo despertándose cada día entre sus paredes.

Esto lo cuento yo, que di clase allí, por lo menos una noche. Mientras dormía en una ciudad africana.

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19 octubre 2006

Cumpleaños

Por más que he intentado no darle importancia a mi cumpleaños siempre acabo por acordarme. Este año ha estado cerca. El viaje aquí ha ocupado buena parte de mis pensamientos en las últimas semanas. Claro que como es una buena escusa para hacer la primera fiesta en nuestro piso, no ha habido forma. La haremos el sábado. Hoy toca ir a una que organiza la colonia sueca en Luanda. En el pub Vikingo's. XD

Para todos aquellos que puedan caer en la tentación de pasarlo mal por un occidental que venga a uno de estos países a algo que no sea meterse directamente en la selva, he de decir que aquí alguien con dinero puede vivir muy bien.

Tenemos una casa con aire acondicionado, a escasos 10 minutos del trabajo. Tenemos nevera, congelador y lavavajillas nuevos. Una tele de 32 pulgadas y TV satélite con 60 canales (y todos los partidos de la Champions). Vamos a tener coche y una mujer nos limpia la casa, nos cocina y nos plancha la ropa.

A decir verdad, creo que nunca había vivido tan bien. :-/ La sensación de disfrutar con todo esto, cuando a 10 metros la gente vive con una centésima parte, no termina de confortarme. Pero todavía no he dado, y de momento no tengo en mente dar, limosna alguna.

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17 octubre 2006

Playas

Hasta hace poco no me gustaba la playa. Hoy estoy rojo como un tomate. Escaldado como nunca lo había estado. Llevo un par de noches sin pegar ojo por las quemaduras del sol ecuatorial. Bueno, quizá exagero un poco. He dormido a ratos. Ahora bien, me encantan las playas de aquí. Una compañera del trabajo y su marido nos dejaron un 4x4 y fuimos con ellos a una playa a un par de horas de la capital. Allí no había más de 15 personas. Arena fina y un camino para llegar en el que el chasis de un turismo normal hubiera durado 10 metros.

Ni siquiera me supo salada el agua. La única nota negativa la puso uno de los compañeros que se tuvo que quedar en casa porque dos noches antes, a la vuelta de una fiesta se calló dentro de una alcantarilla sin tapa. Sin romperse nada sí que se dio un buen golpe en las costillas. Es curioso. Aquí hay más agujeros de alcantarilla sin tapa que con ella.

Se me olvidaba, hubo otras notas negativas. El camino fue cuando menos esclarecedor. Suburbios a izquierda y derecha durante kilómetros. Acequias cegadas de las cuales surgía un hedor al que los habitantes de esas zonas parecían estar más que acostumbrados. Chabolas que aguantarán hasta la siguiente gran tormenta. En Luanda no hay mascotas. Los pocos perros que he visto están famélicos y parecen enfermos. No sobra la comida. Aunque sí sobra el dinero. El petróleo, los diamantes.

Las playas...

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Malaria II

Hay distintas versiones.

"Llevo dos años aquí y todavía no me han picado ni una vez"

"Ayer dejamos las ventanas abiertas y esta mañana tenía los brazos llenos de picotazos"
Y si os contagian la malaria, pregunto yo.
"Pues nos tomamos las pastillas"

"Tengo malaria, esta semana no vendré a trabajar".

Al parecer, el medicamento que se receta en España para combatir la malaria no tiene gran aceptación por aquí. Puedes caer enfermo igual, no puedes estar tomándotelo más de unos pocos meses y te destroza el hígado y los riñones.

Hace unas décadas un sudamericano dijo haber encontrado una vacuna contra el paludismo. No se volvió a saber más de él. Mientras tanto, la profilaxis (que no garantiza la protección) ha seguido vendiéndose a aquellos que pueden permitírselo.

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La guardia civil

Estaba yo con un tricornio en la cabeza, haciéndome una foto con un personaje que lleva sus 25 años recorriéndose África, cuando apareció el dueño del sombrero. Ya me preparaba para la reprimenda cuando de su boca sólo salió preguntar dónde estaba el baño. "Todo recto hasta el final" Ya más desahogado nos contó que había venido junto con otros miembros de la benemérita a dar unas clases de educación vial en Luanda. Resultó que vivía en Zaragoza y que había nacido y crecido en un pueblo de la misma provincia que yo. Y no sólo eso, sino que conocía porque había trabajado con él en un taller, a uno de mis tíos. Escribano me dijo que se llamaba y que así le conocían todos en el pueblo. Que de casualidades está repleta la vida y de contento que estaba el hombre (a lo que yo no le iba a la zaga) nos regalamos mutuamente con multitud de parabienes, invitándonos a visitarnos el uno al otro en cuanto nuestras estancias respectivas en el extranjero hubieran finalizado.

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La piña

Hoy hemos comprado una piña. Llevaba unos días insistiendo en comprar una pues son un producto típico de aquí y, por tanto, deben tener una buena relación calidad precio. Las mujeres llevan las piñas, los mangos, las cocas, las bananas y otras frutas autóctonas en palanganas o cubos que sostienen encima de sus cabezas ayudándose de un pequeño paño. El paño lo enrollan para que se amolde por uno de sus lados a la superficie plana del recipiente y a la de su cabeza por el otro. Ayer domingo lo intentamos (comprar la piña), pero 300 Kwanzas (3€ al cambio) me parecieron muchos y la piña que me ofrecían por 200 tenía toda la pinta de estar pasada. Dice uno de mis compañeros que tenemos que aprender portugués porque así nos tomarán más en serio. Que si nos ven blancos y encima extranjeros siempre nos tendrán como víctimas propiciatorias. Personalmente creo que lo único que hay que hacer para comprar barato es ser un cliente habitual. Pero con vendedoras ambulantes resulta complicado.

Harto de que la fruta propiamente europea sea un asco, hoy la hemos comprado. Por 300 kwanzas. Y ha salido pasada. Tanto que después de quitarle la piel del lateral se ha partido por la mitad como si fuera una sandía.

Ahora la piña está en la nevera. Espero que fresquita su sabor dulzón de fruta madura se suavice.

En el caso hipotético de que la piña sea incomible, hemos comprado Fanta, Fanta ...de piña.

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09 octubre 2006

Las paradojas de Angola

En el bloque donde vivo ahora se detectan hasta 6 redes wi-fi. Esto es más de lo que detectaba en mi casa o en la de mis padres.

Pero las conexiones son horrorosas en cuanto a ancho de banda. Apenas se alcanza el que ofrece un módem. Lo que en España era inmediato aquí puede tardar horas. De momento, el proyecto para mejorar las cosas está en marcha.

La tecnología es barata. Una minicadena que lea mp3 cuesta 150€ al cambio en una tienda al lado de casa que también vende camisas, botones y tela al corte. Un televisor de plasma enorme, 3000€.

Por aquí al lado todas las casas tienen antenas parabólicas y hay dos tipos de decodificadores de televisión.

Pero fuera de los acabados que ofrecen los baratos productos de última tecnología, aquí todo parece viejo. Las calles, las casas, las aceras, todo tiene 30 años. Tantos como el país estuvo en guerra civil. En el horizonte dos solitarias grúas anuncian nuevos edificios. Donde no alcanza la vista, la pobreza que ya vemos en nuestro barrio, donde si es de noche, a cada paso se te acercan todos para pedirte, donde los mutilados por las minas o los disminuidos por la polio son normales, esa pobreza, se intensifica hasta alcanzar la muerte en forma de cólera, malaria o alguna otra enfermedad que ya ni recordamos en occidente.

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Lopintan

Sólo había salido de España una vez. Durante un mes hace más de 11 años. Pero fue a Europa. Había viajado en avión. Pero no durante 9 horas ininterrumpidas. Había visto el tercer mundo muchas veces por la tele. Pero estar aquí es diferente. El país de los contrastes. El post que coloqué estando en España sobre el tráfico en Angola no tiene nada de exagerado. Sobre el resto... seguiremos informando.

Ah, no es tan fiero el león como...

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04 octubre 2006

Homosexualidad

"gente continúa sufriendo debido a que sigue teniendo la sensación de estar rechazada, despreciada, mal entendida, incluso 'endemoniada y fuera de la iglesia' debido a sus convicciones. Por motivos de compasión y afecto hacia el prójimo en el nombre de Cristo, no tenemos otra opción más que comprometernos y buscar una mejor comprensión"

Njongonkulu Ndungane, arzobispo anglicano de África del Sur.

La homosexualidad está prohibida en Angola. Sus manifestaciones se encuadran dentro del marco legal como "ofensas contra la moralidad pública". Sin embargo, en la provincia de Luanda hay adolescentes que venden su cuerpo a razón de 10 dólares la ofensa.

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Faltan 800.000 viviendas

Ya comenté que Luanda, antes de la guerra civil, tenía unos 600.000 habitantes. Ahora tiene 4.500.000. Y durante los 30 años del conflicto nadie ha construido nada. La seguridad que ofrecía estar cerca de los núcleos urbanos convirtió éstos en auténticos hormigueros. Con la llegada de la paz y la evidencia (después de, por ejemplo, estar desde febrero con una epidemia de cólera) de que no se puede seguir así, se han producido ciertas iniciativas de construcción de viviendas de protección oficial, pero queda mucho para llegar a esas 800.000.

Ah, en Angola, se suben los impuestos sobre los inmuebles para construir otros nuevos. ¿Dónde habré oído eso antes?

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Como sea la misma...

Porque se llama Bruna, y es de Angola.



Y el que canta con ella es...nuestro Julio. :-o

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Big Brother Africa 2003

También en África, sí. Pero mucho mejor. Representantes de 12 países. 4 meses y al igual que aquí, un futuro asegurado para sus participantes. La angoleña, a pesar de ser eliminada en primer lugar, alcanzó una gran popularidad y ahora es una cantante de enorme éxito, concretamente, de un millón de dólares.



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03 octubre 2006

El IPC marca mínimos históricos.

En el año 2003, dicho indicador bajó por primera vez de las 3 cifras. Sólo un 76,5%. El año 2005 fue mucho mejor : 18,5%. Y el 2006 parece que va a seguir marcando hitos. De momento, la interanual, después del dato de agosto, se fija en un 12,29%.

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Casi... (2ª parte)

La representante de Angola no era Miss Angola 2005 sino Miss Angola 2006, que fue elegida Miss África en el concurso de Miss Mundo.



La elección de Stiviandra Oliveira, de 18 años, como Miss Angola, no estuvo exenta de polémica, pues según algunos sectores, era demasiado blanca.

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El concepto de justicia

Qué harías si ves a un tío intentar violar a tu hija de 16 años?

Hoy es el día de acordarme de cosas. Cito a Robert E. Howard que pone esta frase en boca de Conan en la Torre del Elefante:

"Los hombres civilizados son menos amables que los salvajes porque saben que pueden ser más descorteses sin correr el riesgo de que les partan la cabeza"


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41 carnets de conducir retirados en un día

Y la cara de tonto que se te tiene que quedar cuando llegue el guripa y te diga: "te has saltado el ceda el paso" mientras ves cómo detrás tuyo se lo saltan a razón de 20 coches por minuto...

Estoy recordando aquel capítulo de El príncipe de Bel Air en el que detienen a Will y Carton por ir en un coche caro en un barrio de blancos. Me temo que si me paran será por ser un blanco que conduzca un cuatrolatas en una ciudad de negros. Y por haberme saltado el ceda el paso, claro. Pero yo haré lo que los demás, no sea que no me lo salte y sea peor: "a ver, blanquito, por qué no circulas? en tu país no os enseñan a conducir?"

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01 octubre 2006

Autorretrato de la resistencia en Cabinda

La FLEC (fuerza de liberación del estado de Cabinda) prosigue en su determinación de conseguir una paz justa para su provincia.

Al más puro estilo de la narrativa heróica, hablan sobre sí mismos y su labor.

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Prohibido llevar vaqueros (a las mujeres)

Ya me las veo a todas en tanga. Me voy a ir a vivir a esa provincia. XD

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Casi...

Zenilde Josias, Miss Angola 2005 ha sido seleccionada como una de las 16 finalistas al concurso de Miss Mundo 2006 que ha ganado una checa en Varsovia.



Personalmente, me gusta (mucho) más la nuestra. :-)

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