17 agosto 2007

Qué susto más grande

Cuando te vas de tu país para pasar una larga temporada lejos de él te gustaría que nada hubiera cambiado a tu vuelta. Sobre todo porque es más cómodo que así sea. Como eso de que el mundo obedezca a tus deseos resulta complicado, suelo aplicar la técnica de no recordar nada. Hacer lo contrario equivale a traer una imagen del pasado al presente mientras el objeto de esa imagen ha cambiado o ni siquiera existe y esto, a fin de cuentas, constituye un alejamiento de la realidad, siempre peligroso y que, por tanto, hay que utilizar con cautela y conocimiento de causa. No obstante, cabe distinguir entre los recuerdos personales y los recuerdos globales. Y de uno de los globales es de lo que quería hablar. Leo en El País:


Definitivamente, las mujeres han tomado el mando; por suerte, en la mayoría de los casos.
Coincidirán conmigo, al menos la parte masculina del orbe, en que éste no es un titular para leer de buena mañana mientras estás pensando en cómo te encontrarás tu país cuando vuelvas dentro de poco.

Por suerte el artículo es de coña: habla del matrimonio Bechkam.

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