24 octubre 2007

Salvemos a los animales

Leo en Nación.com:

Una carta con 62.331 firmas pide excluir al artista Guillermo Habacuc Vargas de la representación costarricense para la Bienal Centroamericana Honduras 2008, luego de la supuesta muerte de un perro callejero en una obra de Vargas.

Como parte de una obra de arte contemporánea efectuada en agosto pasado en la galería Códice en Nicaragua, Habacuc enfrentó al espectador a un perro callejero flaco y enfermo –sacado de un barrio pobre de Managua– amarrado en la sala.

Su objetivo fue, según dijo hace unos días a La Nación , realizar un homenaje a Natividad Canda, nicaragüense que murió tras ser atacado por dos perros rottweiler en un taller de Cartago.

Asimismo, pretendió mostrar la hipocresía de la gente que no le prestaba atención al animal en las calles, pero sí cuando él lo puso dentro de una galería.
Un testigo directo de la "exposición" comenta el asunto en su blog:
Según supe el perro murió al día siguiente por falta de comida. Durante la inauguración supe que el perro fue perseguido por la tarde entre las casas de aluminio y cartón de un barrio de Managua con nombre de santo que Habacuc que no pudo precisar en el momento. 5 niños de los que ayudaron en la captura recibieron bonos de 10 córdobas por su colaboración. Durante la exhibición algunas personas pidieron la libertad del perrito, a lo que él artista se rehuso. El nombre del perro era (fue) Natividad, y se le dejo morir de hambre a la vista de todos, como si la muerte de un pobre perro fuera un show mediático desvergonzado en el que nadie hace nada más que aplaudir o mirar desconcertado.

En el lugar que el perro estuvo expuesto solo queda un cable de metal y una cuerda. El perro estaba sumamente enfermo, renqueaba y no quería comer de todos modos, así que en un entorno natural hubiera muerto de todos modos; pero así son todos los pobres perros: tarde o temprano se mueren o los mueren.
Por otra parte leo en Boing Boing que han inventado trampas para atrapar ratones sin matarlos (fotografía).

Por mi parte no sé muy bien qué pensar. Me da la impresión de que el artista tenía algo de razón si quería denunciar la hipocresía de la gente, que en realidad no hay ninguna prueba de que el perro muriese, que si alguien se hubiera querido llevar el perro a un veterinario lo hubiera podido hacer (pero parece que nadie quería cargar con un saco esquelético de pulgas enfermo) y, por otra parte, también me gustaría saber qué haría una familia típica de pueblo con 200 ratones vivos, reproduciéndose sin parar, por utilizar estas novedosas trampas de la fotografía...

Ya hablé un poco sobre estos temas en otras ocasiones: aquí y aquí.

Gracias, nushu.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo. Sigo discrepando, vaya.

Mañana empiezo una exposición en la que usaré un gatito (callejero, eso sí) al cual le pondré petardos en el culito(de baja potencia, para que no se me muera del susto a la primera)para demostrar el horror de la guerra y la hipocresia de la sociedad actual. Que seguro sufre más por el gatito que por la foto de un niño sin piernas.

Torturaré al animalito, pero entre petardo y petardo,le pondré un platito con leche, que una es hipersensible y eso.Y total, se iba a morir igualmente.

Para demostrar un hecho, no hace falta "joder" a un ser vivo. Que además no tiene opción de discrepar e incluso quejarse.

El (genial)viñetista "El Roto" consigue todos los días (a través de su Arte) con un dibujito y una frase dejar en evidencia muchas cosas de la maldad, tonteria e incluso hipocresía del Ser Humano, y para eso usa un lápiz y una frase.

E insisto en que, puedes darle toda la credibilidad a la versión del "artista", pero yo puedo dársela al público que fue a la Exposición y quedamos con la duda razonable a partes iguales.

Me voy a buscar un gatito, a ver si hago llorar al Niño Jesús y me forro. XD

Un barquero chiquitito dijo...

Te lo voy a contar de otra manera: trabajas en una perrera. Cazas perros callejeros, enfermos y famélicos. Los encierras en jaulas (más pequeñas, más sucias y más estresantes que la libertad que le daba la cuerda al de la historia, en una sala limpia, caliente y con gente nada amenazante). Les intentas cuidar y dar de comer pero no quieren (como el de la historia) y mueren (o no, porque sólo hay rumores al respecto sobre el de la historia).

Si quieres ver tortura en tener atado, no muy corto, en casa a un animal doméstico (hay que recordar que los animales domésticos no siempre lo fueron y que en el paso de la vida salvaje a la domesticación ser perpetraron multitud de vejaciones por parte del ser humano) estás en tu derecho pero yo también lo estoy en decir que me parece fruto de la hipersensibilidad, la misma que lleva a alguien a querer torturar a un gatito recién nacido arrancándolo de sus hermanos (y aterrándolo así) para acariciarlo. La gente no se da cuenta de que el ser humano es un depredador en la escala evolutiva. La gente no pero los animales sí. La gente cree que es buena y que los animales los tienen que ver así y eso es absurdo. La gente sabe y cree muchas cosas. Los animales saben pocas pero no creen ninguna. Salva a los animales, sí. Déjalos tranquilos, no te los quieras llevar a casa, no quieras domesticarlos. Porque luegos les cogerás cariño y hasta creerás que son humanos (y pueden tener las mismas creencias que tú).

Anónimo dijo...

Pero es que no trabajo en una perrera (ni siquiera en un ejemplo, podría)ni estamos en hablando de ese caso. (De las que por cierto, tambien estoy en contra del trato que reciben allí y lo he denunciado, pero esa es otra historia).

Hablamos de cosas diferentes.

Hablamos del uso de un animal, en nombre del "Arte". Para "denunciar" algo que afecta a la sociedad, etc...y a mi, me parece gratuito. Podría hacerlo de otra manera.

Está claro que no pensamos lo mismo en el trato que se le dió al animal.Y como nunca sabremos cual es la verdad absoluta sobre esta historia, lo voy a dejar.

Y mucho me temo que la contestación que me das (muy interesante por otra parte) no era la base del artista en cuestión.

Ta luego, me voy a sacarle las alitas a una mariquita que me ha salido del zapato...