11 febrero 2008

El espectacular avance de la filosofía

Hace poco leía que ciencia y filosofía, después de haberse escindido hace siglos, debían volver a unirse para seguir creciendo. Es decir, para llegar más lejos el buen filósofo y el buen científico tendrían que apoyarse el uno en el otro.

Esta relación resulta evidente si pensamos en los avances realizados en la última década en materia filosófica gracias a los constantes descubrimientos que han salido a la luz desde la neurociencia.

Psicólogos, filósofos o pedagogos eran considerados hasta hace poco como simples pensadores o creadores de hipótesis. Su objeto de estudio (el comportamiento humano y sus muchas facetas) era tan inabordable debido al total desconocimiento del funcionamiento interno del cerebro que los más respetados (pues al menos tenían algo a lo que agarrarse) eran los que se dedicaban a estudiar únicamente las conductas o estímulos externos. El resto, los que decían que el cerebro influía (poco o mucho) a la hora de actuar, siempre eran fácilmente desacreditados por el simple hecho de que no había pruebas (no había manera de meterse dentro de esa caja negra que es el cerebro).

Desde hace 10 años a esta parte, sin embargo, la neurociencia ha encontrado un camino hacia el conocimiento de nuestras mentes. Sólo estamos al principio de ese camino, pero los que se va encontrando es esperanzador (y espectacular). En base a esos descubrimientos, psicólogos, filósofos o pedagogos pueden asentar sus conocimientos y formular nuevas hipótesis.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante, tomando nota del estudo.

Y alegría ver que estás de vuelta.

XDD

Saludos.