11 septiembre 2008

Sobre nosotros: una visión global

Desde un punto de vista biológico los humanos no tenemos mucho margen inmediato de maniobra. Es decir, los mismos estímulos (provenientes de una situación cualquiera) siempre provocarían las mismas respuestas si consiguiéramos "congelar" el constante cambio en nuestro complejo Sistema Nervioso.

O lo que es lo mismo, estamos avocados a un destino predecible con milésimas de segundo de antelación (ya hablé de esto hace poco). Además, si pensamos en que nuestra vida es una sucesión de esos momentos sobre los que no tenemos control, parece lógico concluir que, en realidad, no tenemos control alguno sobre ningún instante de nuestra existencia.

Un ejemplo: ese maravillo y se supone que determinante día en que, por primera vez, cojo un libro, lo abro y comienzo a leer. ¿Qué ocurrió de verdad? En realidad comencé a leer porque... estaba preparado para hacerlo, al menos unas milésimas antes, y las circunstancias externas influyeron para que pudiera alargar mi mano hacia ese primer libro, comenzando su lectura con, al menos, curiosidad.

Visto así ¿qué culpa o mérito tenemos por lo que hacemos? ¿Qué podemos considerar responsabilidad nuestra? Si, dada una situación actual cualquiera, siempre actuaríamos de la misma manera, desencadenando una situación futura idéntica ¿de verdad podemos decir que teníamos elección? ¿Y de verdad alguien nos puede castigar o alabar por nada de lo que hagamos?

En rigor creo que no. Si queremos sobrevivir como especie, sin embargo, el castigo y el premio se convierten en radicalmente necesarios.

Premios y castigos son una herramienta más. Algo "programado" en nuestros genes que nos hace poder sobrevivir como especie. Si no viéramos peligroso a alguien a quien solemos denominar así probablemente no viviríamos para contarlo. Si no detuviéramos a un asesino mataría a más gente. Pero no lo hacemos porque sea malo (aunque le podamos poner ese apelativo). Evolutivamente lo hacemos porque es necesario para que el resto tenga más posibilidades de sobrevivir. ¿Y qué hay del papel del asesino en todo esto? Si no tiene culpa de nada no deja de ser mala suerte que acabe siéndolo ¿no?

Para que se entienda: no creo que nadie sea bueno o malo, decente o indecente, virtuoso o ruín, avaro o generoso. Todos y cada uno de nosotros "sólo" somos un montón de átomos, de moléculas, de células, de neuronas sobre las que no tenemos ningún control. Ninguno que no pase por utilizarlas a ellas, pues actúan por sí mismas de acuerdo a cómo estaban distribuidas un momento antes y qué nueva información les ha llegado en el actual.

No somos más que otro organismo, muy complejo, eso sí, que responde a las misma teoría de la evolución que una simple bacteria. Esos bichos tienen sus propios mecanismos de supervivencia, infinitamente menos elaborados que los nuestros, pero tanto ellas como nosotros perseguimos lo mismo: que exista una siguiente generación en nuestra especie. Aunque debería decir que son nuestros organismos, más o menos complejos y funcionando como un todo, los que persiguen dicha meta.

No tenemos control sobre lo que vamos a hacer. En absoluto. La cultura, los ordenadores, la televisión, toda la información que nos avasalla día tras día no son más que otros estímulos que, en la medida en que nos pasan cerca, se acaban traduciendo a un lenguaje que nuestras neuronas, que nuestro organismo puede "entender" y utilizar. Estímulos que nos harán reaccionar "como estaba previsto".

Todo lo que hacemos forma parte de un alucinante camino que emprendieron los seres vivos hace unos pocos miles de millones de años hacia la supervivencia. No podemos evitar nada de lo que hacemos y, si en algún momento pudiéramos, significaría que en realidad estábamos preparados para hacerlo. Nuestra increible evolución intelectual y cultural, esa aparente elevación por encima del resto de las especies, no es sino más de lo mismo. Somos más inteligentes, sí. Pero esa inteligencia, aparte de ser sólo una palabra inventada por nosotros (y útil, por tanto), no es propiamente nuestra sino el fruto de todos esos miles de millones de años de evolución, de la supervivencia del organismo unicelular mejor adaptado primero, de la bacteria mejor adaptada después...

Ahora bien, imaginemos que tengo razón en mi tesis. ¿Significa eso que, ya que nadie es responsable de sus actos, no debemos juzgar a alguien que, por ejemplo, haya cometido un crimen, que no debemos premiar o reprender a alguien si lo consideramos necesario? ¿Significa que luchar por nuestros ideales, por nuestras metas o, en general, por sentirnos mejor no va a cambiar nada?

Y, sobre todo, ¿creéis que cualquiera que sea la respuesta a esas preguntas habrá escapado a la predestinación de la que he estado hablando?

Entonces ¿cuál es el camino a seguir? ¿existe más de uno? Y si no, ¿qué hacemos aquí? ¿Estaba Einstein programado? ¿Y el holocausto nazi? ¿Y la mejora en los derechos humanos? ¿Y el avance de la ciencia? ¿Bush? ¿Obama? ¿Micky Mouse?

Responder que sí me convertiría a ojos de muchos en, cuando menos, un bicho raro, con lo cual no tendría muchas posibilidades de que mis genes me sobrevivieran. No obstante, y dado que ahora, con tanta población, las posibilidades de encontrar a alguien a quien resultarle atractivo son mucho mayores creo que me arriesgaré (aunque en realidad no crea que tuviera opción).

Siento si alguien ahí fuera se sentía importante, si se creía dueño de su propio devenir, si creía ser algo más que un montón de moléculas funcionando en armonía y respondiendo de la forma programada pero... Bueno, en realidad no lo siento: nadie que no estuviese preparado para creerse algo de lo que he escrito me otorgará el más mínimo crédito... :-p

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

"tanto ellas como nosotros perseguimos lo mismo: que exista una siguiente generación en nuestra especie. Aunque debería decir que son nuestros organismos, más o menos complejos y funcionando como un todo, los que persiguen dicha meta."

o más bien son nuestros genes los que la persiguen. Al fin y al cabo nuestros organismos son meros instrumentos de nuestros genes para perpetuarse generación tras generación.

Sí, a mí me convence mucho más la visión de Richard Dawkins.

Me gusta mucho tu blog. Lo sigo desde hace tiempo. Saludos, SErgio

Un barquero chiquitito dijo...

Sí, la base última son los genes. Pero hay que tener en cuenta que nuestra cultura avanza tan rápida que, en ocasiones, atonta a nuestra base genética, llegándola a inhibir.

Imaginemos por ejemplo a un sacerdote católico. Su condición de sacerdote es cultural y es esa condición la que le impedirá tener descendencia. A pesar de todo lo que le digan (y le dirán y le gritarán) sus genes.

Por eso al final el organismo es un todo. Base genética, por supuesto. Pero sobre ella se construye nuestra vida. A veces nuestra vida será coherente con nuestros genes y a veces no.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo Barquero
igual te interesa este sitio:
http://www.scienceinschool.org/2006/issue2/dna

son instrucciones para montarte tú mismo una molécula de adn en 3D con botellas y latas :o)

Saludos, SErgio