27 octubre 2008

Los problemas de Don Juan

Cuando eres bueno en algo obtienes placer haciéndolo una y otra vez. Te gusta afrontar retos relacionados con tu habilidad y que los demás te vean superándolos. Da lo mismo el qué mientras sea socialmente aceptado y valorado: estudiar, jugar a las cartas, dar conferencias, tocar un instrumento musical, conducir, pelear, seducir... Pero ¿qué ocurre cuando de un día para otro te arrancan tu habilidad, cuando de repente no puedes volver disfrutar eso que haces tan bien y te produce tanto placer? Un ejemplo muy extremo es el de la persona que se queda paralítica tras un accidente pero no es preciso ir tan lejos. Abandonar de forma voluntaria una actividad placentera también resulta traumático: el deportista que decide dejar de jugar, el trabajador que se jubila sin querer hacerlo, el niño que no quiere que los campamentos se acaben...

Además de tener que afrontar las consecuencias de una pérdida de este tipo, el Don Juan que decide dejar de serlo para vivir en pareja suele tener otro problema añadido: seducir a una mujer rápidamente requiere que ella crea que tiene delante al hombre ideal y que se vea embargada por una pasión irrefrenable. Pero el seductor, que sabe cómo serlo y conseguir lo anterior, lo es y lo hace para conquistar al sexo contrario. Una vez lo ha conseguido con alguien, el placer desaparece. Hasta que el reto de otra conquista se cruza en su camino. Y si no existe el desafío, pues la pareja con la que ha decidido permanecer ya está con él, ¿cómo podrá seguir mostrándose como el hombre perfecto con esa pareja?

Según Raúl Padilla, terapeuta de pareja y sexólogo, los donjuanes, sean hombres o mujeres, buscan seducir por encima de todo, y los medios que emplean son a menudo fraudulentos. “El problema aparece cuando la conquista da paso a la relación cotidiana, a una relación monogámica que deja en evidencia más pronto o más tarde la falsa imagen que Don Juan fue creando en su presa”.

“El miedo al compromiso”, continúa, “es algo inherente al donjuanismo. En pareja les es muy complicado mantener una relación de igualdad con el otro, y o bien ejercen el rol de niño, haciendo recaer las normas y el control sobre su pareja, o bien son hiperprotectores. Los trastornos que presentan los donjuanes que llegan a terapia de pareja están motivados por una falta de deseo normalmente causada, o manifestándose, en problemas de excitación y de orgasmo. Para estas personas el cariño y el deseo no suelen concebirse juntos, por lo que al aumentar la proximidad emocional se produce un distanciamiento sexual que puede ser vivido como desamor por el compañero sentimental”.
Visto en el Magazine de El Mundo.

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2 comentarios:

martuky dijo...

Jejjeeje... pendón! que mira que eres pendón!

Un barquero chiquitito dijo...

¿Te sientes identificada, Martuky? :-p