13 octubre 2008

¿Qué quieres, aprender o sacarte un título?

Cuenta Frank McCourt en su libro autobiográfico "El profesor" que, después de mucho tiempo y muchas infructuosas tentativas de enseñarles la materia que se suponía que sus alumnos tenían que aprender (lengua inglesa), por fin consiguió unos resultados esperanzadores al darse cuenta de que falsificaban justificantes de asistencia aplicando grandes dosis de inventiva en la elaboración de las historias. A partir de ese día puso a la clase a escribir notas de disculpa imaginarias, cada vez más elaboradas, e incluso, al final, les invitó a escribir notas de disculpa para todas las personas que hubieran hecho algo malo (familiares, amigos, personajes públicos...). Todos y cada uno de los alumnos acogieron la actividad con placer, preguntándole de vez en cuando cómo podrían mejorar todavía más sus elaboraciones. Por fin había descubierto cómo enseñar. Y cuándo hacerlo.

Siempre he creído que algunas asignaturas son más "cotidianas" que otras. Conectar con los alumnos durante una clase de psicología suele ser pan comido, mientras que hacerlo en una de cálculo diferencial se me antoja algo más complicado.

Y sin embargo no debería ser así. O por lo menos no se debería seguir avanzando hasta que a los alumnos les resultase lo anteriormente aprendido igual de familiar en una materia que en otra. Porque ¿qué sentido tiene lo contrario? Obviamente, si no entiende muy bien de qué le están hablando, si no se consigue relacionar lo que se sabe con lo que se escucha, tampoco existen muchas posibilidades de que se aprenda algo nuevo. Es decir, si un alumno no tiene los conocimientos previos suficienes como para sentirse cómodo al recibir una nueva clase, que además le llevará un poco más allá, ¿de qué le servirá esa clase?

Que este tipo de situaciones se den en la enseñanza obligatoria tiene, hasta cierto punto, alguna justificación, pero que lo mismo suceda a nivel universitario me resulta cada vez más absurdo. ¿De qué sirve avanzar si la clase no te entiende? Puede que a final de curso tengas que cumplir unos objetivos, que tengas la obligación de dar una materia pero... ¿a qué precio?

El resultado suele ser que puedes sacarte cualquier carrera universitaria sin haber disfrutado de verdad de ninguna clase, sin haber aprovechado nada de lo que la carrera (a nivel formativo) te ofrecía. Es posible que socialmente hayas mejorado, que tengas un montón de amigos gracias a tus "estudios" pero... ¿qué diferencia existe entre hacer amigos así o hacerlos en cualquier otro contexto? Después de 5 ó 6 años sigues sin saber hacer la o con un canuto y, a la hora de trabajar, los conocimientos que te exigirán de tu carrera los podrías haber aprendido, en el peor de los casos, en seis meses. Aunque eso sí, se es un licenciado. Para regocijo de padres y familiares varios y para envidia de los que no lo son y piensan que por tener un título se es algo más.

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