30 enero 2009

¿Estaba flirteando o siendo amable?

¿Quién no se ha preguntado eso alguna vez?

Un grupo de psicólogos decidió intentar saber cuán acertados solemos estar al responder a esa pregunta: recopilaron una serie de grabaciones audiovisuales de parejas (hombre y mujer) manteniendo una conversación y se las hicieron ver a un grupo de voluntarios (también hombres y mujeres). Las parejas que aparecían en las grabaciones hablaban en otro idioma por lo que las únicas pistas para los voluntarios eran el lenguaje corporal y la entonación de las voces.

¿Resultados? Hombres y mujeres son igual de buenos identificando señales. ¡Pero las mujeres son mejores escondiéndolas!

Después de 3 minutos, tanto hombres como mujeres adivinaron las intenciones de los hombres que aparecían en la pantalla en un 65% de las ocasiones, pero sólo en un 60% cuando se trataba de averiguar las intenciones de las mujeres.

Esto, por supuesto, no termina aquí: de las 24 mujeres observadas, las 5 "mejores" fueron malinterpretadas el 80% de las veces. XD

¿Explicación? Evolutivamente las mujeres han debido ser más cuidadosas a la hora de elegir a su pareja que los hombres (por eso de que los efectos secundarios de una relación sexual pueden durarle al menos 9 meses más a ella que a él).

Visto en Psychology Today.

Nota. Que hablasen en otro idioma también implica seguramente un cambio comportamental, por lo que la identificación de posibles signos no fue, posiblemente, todo lo exacta que hubiera sido entre personas de la misma cultura. Para darse cuenta de lo importante que puede llegar a ser este matiz no viene mal leerse este otro post, magnífico, donde se cuenta cómo los miedos, el enfado o la felicidad pueden malinterpretarse cuando cambiamos de una cultura a otra.

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Hacia el cerebro artificial

Los nanotubos de carbono van utilizándose en cada vez más campos de investigación. Uno de las últimos consiste en la posibilidad de que puedan llegar a funcionar como neuronas (incluyendo cuerpo celular y sinapsis). Pero no sólo formando un sistema autónomo de nanotubos sino incluso para sustituir a partes del cerebro que hayan desaparecido a causa de alguna enfermedad o lesión.

Visto en Brain Stimulant, cuyo post es mucho más extenso y completo que esta reseña.

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24 enero 2009

La confianza y las vías del cambio

Rafa me comenta en el facebook, al hilo del despido de Nacho Escolar como director de Público, que muchos jóvenes con enorme potencial están echándose a perder porque sus superiores no confían en ellos. Es cierto. Pero no es nuevo. Tanto es así que buena parte de las personas que han triunfado (o cambiado el mundo) no lo hicieron gracias a, sino a pesar de la sociedad que les rodeaba.

Una forma de explicar este fenómeno, la que a mí más me convence, es que casi todo cambio es visto por casi todos, de forma instintiva, como algo peligroso, amenazador. Dependiendo de la época y de la sociedad, la amenaza provocará, en respuesta, una forma de actuar u otra, pero el origen es siempre el mismo: miedo, falta de confianza... Esto conlleva que, en demasiadas ocasiones, para los jóvenes visionarios no quede otra alternativa que ir en contra del rechazo reinante (esto no es una invitación a que cualquiera emprenda su lucha contra el mundo; ese miedo general que coharta puede estar más que justificado en muchas ocasiones).

Sigamos: lejos de echarnos las manos a la cabeza o de decirnos que nosotros no, que son los demás los conservadores, deberíamos, en primer lugar, dar gracias. Si los humanos no fuésemos conservadores por naturaleza no hubiéramos sobrevivido como especie.

Pero, ¿conservadores cuándo? ¿siempre? No. La cultura y el contexto socio-económico influyen, sí. Pero esto, en general, va por edades. De niños querríamos ser como los mayores. De adolescentes y jóvenes querremos sustituir a los adultos (la famosa búsqueda de la independencia). De adultos querremos que nos dejen tranquilos. Esto es lo que nos dicta nuestra naturaleza. Hay excepciones, por supuesto. La pregunta es: ¿nos gustaría que esos casos excepcionales fuesen la regla? ¿Es eso posible? ¿Jóvenes que sean capaces de analizar y ponerse en el lugar de los adultos y adultos que estén predispuestos al cambio?

Puede que sea posible pues, por otra parte, somos la única especie que se ha alejado un poco (o mucho) de la tiranía de la evolución y, en estos momentos, algunas de las "viejas costumbres" que nos trajeron aquí (miedos y deseos instintivos) ya han dejado de parecernos beneficiosas para convertirse en un incordio.

La protesta de Rafa es legítima. Todos conocemos a jóvenes suficientemente preparados, con ganas de comerse el mundo, que han sufrido reveses "incomprensibles" por parte de jefes que no han sabido (o no han querido) ver o aprovechar su potencial.

No obstante, resulta difícil de creer que todos esos jefes cortos de miras hayan actúado conscientemente en su propio perjucio, ahora y en cualquier época pasada. ¿Qué ha ocurrido, ocurre (y ocurrirá también cuando nosotros seamos los jefes) para que esta situación no deje de darse? Y sobre todo: ¿existe alguna manera de cambiar esta tendencia?

Vayamos por partes. ¿Cómo se entiende la reticencia por parte de los superiores? Ya hemos dicho que existe un miedo natural al cambio. Mayor cuanto mayores nos hacemos. Pero también se da otro factor importante: resulta difícil confiar en alguien que no ha vivido nada de lo que tú has vivido.

Ejemplo: ¿por qué de repente, al estar en una ciudad desconocida, encontrarnos con alguien que sí conocemos nos llena de alegría y le saludamos efusivamente, aunque jamás lo hubiéramos hecho en nuestra ciudad de procedencia? Los puntos en común ofrecen confianza. Y se acentúa si la comparamos con la falta de confianza que nos provoca la carencia de puntos en común.

Es decir, y volviendo a nuestros casos particulares ¿en quién confiarías más, en alguien probablemente de edad parecida a la tuya, que ha tenido que pasar las mismas visicitudes que tú, cerca de ti (aunque no haya sido contigo), o en alguien que prácticamente acabas de conocer (en comparación con el anterior, a quien puede que conozcas de toda la vida)? Se requiere un enorme esfuerzo para vencer esas dos barreras: el miedo y la falta de confianza. Si ya lo requiere confiar en nuestros propios hijos cuando son adultos, unos hijos con los que hemos compartido media vida, con los que, por tanto, deberíamos tener muchos puntos en común, imaginemos qué no nos supondrá confiar en unos chavales que apenas llevan un par de años trabajando para nosotros. No es fácil. Y no lo será si no hacemos algo al respecto antes de que llegue el momento en que estemos en ese lado, no confiando en un joven lleno de potencial.

Porque la solución ya no radica en que nuestros mayores cambien, y me atrevería a decir que incluso nosotros llegamos tarde: la solución está en que entendamos qué ocurre y seamos capaces de educar a las generaciones futuras para que se paren a pensar, para que sepan detectar estas situaciones, para que las analicen, para que empleen su cabeza en sobreponerse a los miedos que, aunque instintivos y evolutivamente correctos, ya no les beneficien. Sean esos miedos cuales sean.

Actualizo. Me he ceñido a aquellos casos en los que no hay una competencia, lucha por un puesto, entre jefe y empleado. Me explico: el jefe, en el caso que he intentado analizar, no teme en absoluto por su empleo. Simplemente no confia en su subordinado a la hora de delegar mayor responsabilidad en él. Lo he hecho así porque me parece que, dentro de las posibles situaciones, ésta es la menos analizada. Además, sobre la competitividad, y sobre cómo evitar sus efectos secundarios perniciosos, he escrito en otras ocasiones.

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23 enero 2009

Sobre los centros concertados (que no actúan como tales)



El concertado que yo conozco no hace esto. Pero está visto que muchos otros sí.

Gracias por el enlace, Rosa.

Actualizo: el reportaje es de febrero del año pasado. A ver si ahora no va a haber ningún centro concertado que cometa estas tropelías y estoy metiendo la pata...

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10 enero 2009

Ni sabemos ni queremos saber

«Hace años, cuando en Francia el fracaso escolar escaló al 20%, se encendió la alarma social y se tomaron medidas en forma de Unidades de Aprendizaje Multidisciplinar que están siendo eficaces; en España, con una tasa del 31%, seguimos sin mover ficha»

Juan José García Peñas, responsable de la Sección de Neurología Pediátrica del Hospital Niño Jesús de Madrid.

Enlace
a la fantástica entrevista que le hacen en el suplemento de Salud de hoy en El Mundo.

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Predictor on-line de la depresión.

Como comentaba Nico en el anterior post, lo más conveniente a la hora de tratar una depresión es detectarla enseguida (para que no nos cueste dios y ayuda cualquier esfuerzo encaminado a salir de ella). Aquí tenemos una buena noticia al respecto.

El proyecto, denominado Predicción de futuros episodios de depresión en atención primaria: evaluación del perfil de factores de riesgo [PREDICT, sus siglas en inglés] y financiado por la Unión Europea, se basó en los modelos que indican el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular a largo plazo.

Los investigadores han constatado que el test 'on line' tiene una "confianza estadística del 85%. Es decir, puede predecir las posibilidades de sufrir depresión en un paciente determinado con un margen de error del 15%, una tasa inferior a la que poseen los que actualmente se emplean en cardiología".

Pese a los buenos resultados obtenidos, tanto el investigador español como sus colegas europeos recuerdan que "PREDICT, que ha sido traducido al castellano, está diseñado para que se consolide como una herramienta predictiva en la mesa de trabajo del médico de familia y no para que cada ciudadano lo complemente de forma individual. Al menos, de momento", aclara Francisco Torres.
Visto en la sección de Neurociencia de El Mundo.

Enlace al test en inglés.

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09 enero 2009

10 trucos contra la depresión

Por Rachel Fleischman, terapeuta:

Truco 1: Deja de pensar y muévete. Haz ejercicio, sal a la calle a pasear. Hace poco leía otro artículo que iba en esta misma línea.

Truco 2: Ponte música. Música que te anime, tenla siempre a mano.

Truco 3: Siéntate al sol. Sal de tu cubículo habitual y disfruta de los rayos del astro rey durante unos minutos.

Truco 4: Ten algún animal a mano. Liberas oxitocina y te sientes mejor. Más confiado. (sobre esto tengo mis dudas).

Truco 5: Deja de pensar siempre en lo mismo. El 87% de lo que pensamos a lo largo del día coincide con algo negativo que pensamos el día anterior. Busca algo o a alguien que te ayude a pensar en cosas nuevas.

Truco 6: Póntelo fácil y oblígate a estar con gente. En tu trabajo, en una clase, en cursos...

Truco 7: Reafírmate con palabras. No pierdas una oportunidad de decirle a alguien, incluído tú mism@, que estás bien.

Truco 8: Ten metas.

Truco 9: Un poquito de fe. Encuentra algo en lo que la puedas tener (preferiblemente tú). Hoy leía a una mujer decir que ella es su mejor amiga.

Truco 10: Búscate compañías que te hagan disfrutar.

Enlace al artículo original.

No son malos consejos para salir de una depresión. Una vez superada, para no recaer sigo creyendo que lo mejor es lo que escribí en este otro post.

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07 enero 2009

iJam

Me imagino que esto ya estará por toda la blogosfera pero como usuario de Mac no podía dejar de ponerlo.

Enlace a la página de iJam.
Especialmente recomendable es la visita guíada.

Gracias, Ana.

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05 enero 2009

Xavier Guix, psicólogo y escritor

He leído un artículo suyo en El País Semanal: "¿importa o no importa el sexo?". Todavía no está on-line, ni siquiera en su página personal.

Cuando salga lo comentaré. Mientras tanto voy a ir ojeando más cosas suyas.
Enlace a su página personal y a sus artículos.

Actualizo: me dicen en un comentario que el texto sí está en formato pdf aquí.

En él el autor habla de cómo, y por qué, muchas parejas (jóvenes) se aburren enseguida del sexo. A continuación explica cómo afrontar este tipo de situaciones, cómo "avivar la pasión". Aunque el sexo es el tema del artículo creo que la idea de fondo se podría extender a cualquier otro ámbito de la vida. Un mundo que cambia cada vez más rápido requiere que nosotros detectemos y nos adaptemos a esos cambios si no queremos quedarnos fuera, sin entender nada.

Cito dos partes, una del principio y el final del artículo, que me encanta:

Por lo visto, es hoy tan fácil acceder al sexo, que necesitamos estimulos mayores que la simple desnudez, que el juego y la danza erotica o el despertar del deseo a traves del contacto. Por eso, hay que reinventar el morbo [...]

Si estamos de acuerdo en que el sexo si que importa, entonces vayamos a la busqueda creativa de esa chispa. Demonos permiso para jugar a escondemos y a ser encontrados, a vestirnos para ser desnudados. Cerremos los ojos y dejemonos sentir, ya que poseemos al menos cinco sentidos que pueden convertirse en estimulos excitantes.

El sexo puede ser muy creativo si lo convertimos en un mundo de posibilidades, en un mundo de rituales del mas breve al mas fascinante. Del mas carnal al mas tantricamente sagrado. Hay mucho sexo por vivir si le damos la importancia que se merece.


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