Si al mismo tiempo que sentimos un fuerte dolor físico estamos oliendo algo dulce y agradable (caramelo) el dolor se torna más tolerable.
Para comprobarlo se pidió a un grupo de personas que se pusieran una máscara con tres tipos de olores (dulce y agradable, sólo agradable, desagradable) y que introdujesen la mano en un cubo con agua a 5ºC.
Los que tenían la máscara con el primero de los olores (dulce y agradable) aguantaban casi el doble que los otros dos grupos, que resistían lo mismo. Sin máscara todos aguantaban igual.
El dolor era para todos el mismo pero los que percibían la sensación dulce por la nariz (a través de las papilas gustativas se obtienen parecidos efectos, como bien sabía Mary Poppins) lo toleraban mejor.
Las razones últimas (fisiológicas) no se conocen. Pero así funciona el método inductivo: primero el experimento y luego la explicación.
Visto en Mixing Memory
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