Hace poco más de un mes, al final de la época seca, realicé mi último viaje dentro de Angola. Las
fotos mostraban un Huambo seco, radiante. Con la llegada de las lluvias la cruda realidad se ha hecho patente. La que una vez fue la provincia más rica de Angola (y eso es decir mucho) no está preparada para soportar las lluvias torrenciales de un clima tropical.
17 muertos y muchas casas y escuelas destrozadas por el agua lo demuestran. Pero eso sí, la producción de petróleo
sigue aumentando.
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