01 septiembre 2013

Nadal y cuándo disfrutar del sufrimiento

Rafael Nadal es un deportista de élite. Uno muy bueno. Probablemente el mejor que ha habido en España. Eso tiene un gran ventaja para los españoles y es que semana tras semana podemos leer sus declaraciones en castellano. Y, como esas declaraciones suelen alejarse de las típicas frases inconexas de otros deportistas patrios, han surgido a su alrededor toda una serie de periodistas que van más allá del titular, intentando, a través de sus declaraciones y de su juego, desentrañar las claves de su fortaleza mental.

Porque el punto fuerte de Nadal es su mente. Una mente quizá no diferente a la del resto, pero que ha sido y es esculpida día a día por un entorno familiar donde se sabe lo que significa competir a alto nivel. No obstante, su carrera deportiva ha tenido muchos altibajos. Durante 2011, en una época de crisis tras perder repetidamente contra Djokovic, salieron a la luz unas declaraciones en las que hablaba de lo mucho que le había exigido su entrenador, y tío, Toni. No durante ese año. No. Lo mucho que le había exigido cuando era un niño. Nadal ganó su primer partido ATP (competiciones de nivel mundial) con 15 años. A los 19 recién cumplidos ganó su primer Roland Garros. De modo que aquellas declaraciones hablaban de la forma que tenía de entrenarse mucho antes de aquello. De los años que forjaron su carácter. No trascendió mucho más acerca de los métodos que utilizaba su tío para entrenarle. Sólo que Nadal los consideraba en esos momentos de crisis, de frustración por las repetidas derrotas con Nole, demasiado duros para un niño. 

Sin embargo, pasaron los meses y Nadal, lejos de seguir compadeciéndose, entrenó con más ahínco, cambió su juego y comenzó a hablar en las conferencias de prensa de que una de las claves de su mejoría consistía en disfrutar del sufrimiento. Había pasado de quejarse de lo duros que habían sido sus entrenamientos cuando era un niño a apreciarlos. Cuando, poco después, tuvo que parar durante 7 meses debido a una lesión en su rodilla, es muy probable que esa mentalidad le ayudase y se afianzase, pues frases de ese estilo han copado las entrevistas que le han hecho desde su regreso. 

¿Pero qué es eso de disfrutar con el sufrimiento? ¿Es Nadal masoquista? ¿Disfruta con cualquier clase de sufrimiento? Hasta donde sabemos, Nadal ha aprendido desde niño a permanecer tranquilo en situaciones de tensión. ¿Pero de verdad permanece tranquilo? Él dice que no. Que siente nervios como todo el mundo. Que la diferencia es que se toma su tiempo a pesar de ello para pensar. Y eso es lo realmente difícil. La tendencia general de las personas es a evitar las situaciones de tensión tomando decisiones rápidas. Decisiones de huida hacia adelante (ataque) o de huida hacia detrás. La tensión nos hace sufrir. Y la gente no quiere sufrir. Así que acorta el sufrimiento. 

Pero el asunto es que esa tendencia de acortar el sufrimiento tiene todo el sentido del mundo. Si es algo tan común, y es absolutamente común, quiere decir que nos ha servido para sobrevivir como especie. Es decir, como regla general, grabada a fuego en nuestros genes, acortar el sufrimiento es muy útil. Muy útil para la especie. Es probable que por eso los entrenamientos de Rafa fueran y sigan siendo tan duros. Desde pequeño su tío le ha hecho ir contra su herencia genética, contra todos sus instintos, al alargar los periodos de sufrimiento mucho más allá de lo normal. 

¿Por qué lo ha hecho entonces, por qué lo ha aceptado? ¿Qué le ha llevado a ir contra la naturaleza humana, convirtiéndose en un maestro en ello? ¿Cuál es su motivación? En sus comparecencias Nadal también lo explica. Aprendiendo a disfrutar de esos momentos de tensión tiene más tiempo para encontrar la mejor opción. No tomando decisiones rápidas por querer evitarse el miedo, zambulléndose y aceptando que el miedo es una parte natural de la vida, es capaz de superarse día a día en lo que él considera importante. Y aquí está un poco la clave. Nadal ha aprendido a sufrir, y a disfrutar de ese sufrimiento, siempre que se lo encuentre en el camino de lo que él considera importante. Ha descubierto una y otra vez que es necesario para superarse que, más que ganar, es lo importante para él. 

Más que ganar, sí. Porque ganar no es su objetivo último. Para este chico, eso dice él también, lo más importante es mejorar. Aunque tampoco importa cuál sea el campo de mejora o que le lleve a ser rico y famoso. Como bien dicen su tío y él, no es bueno pensar que se es mejor que los demás por ser más capaz de lanzar una pelota al otro lado de una red.

Así, lo importante no es la actividad donde lo ha conseguido, sino que ha aprendido a aceptar que el sufrimiento es una parte esencial de la vida y que, si se interpone entre uno mismo y sus objetivos vitales, sus valores, su superación personal, hay que aprender a aguantar. Y, con el tiempo, disfrutar de ello. Hasta el punto de hacerlo y explicarlo frente a una audiencia de millones de personas. 

Lo cual, como decía, es un privilegio para los españoles, que lo vemos más que nadie porque nuestros medios le dan prioridad, debido a sus triunfos, semana tras semana. 

Entrevista a Toni Nadal en Jotdown. 
Artículos sobre Rafa Nadal en Tennis.com
Artículo (uno de entre muchos) de Juan José Mateo sobre la fortaleza mental de Nadal.


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