Desde que en 1984 llegaron a un primer acuerdo de cooperación, China y Angola no han hecho sino estrechar relaciones.
A ello ha contribuido el que a China no le importe lo que Angola haga con el dinero que le presta. Al contrario de lo que pasa con el Banco Mundial, el FMI y la OMC, que se negaron a prestar nada salvo que Angola diese muestras de total trasparencia.
Así que ahora Angola tiene una línea de crédito casi ilimitada con el gigante asiático. Claro que China ha obtenido sus compensaciones. Compensaciones en materia de petróleo, que obtiene mucho más barato, y de contratos en exclusiva para construir infraestructuras en el país.
Luanda está llena de chinos. En realidad, parece que toda África lo está. Y en algunos sitios ya comienzan a criticar tanta "intromisión".
Me han contado que, al principio, los chinos que venían eran presos. Los metían en barracones por la noche y los sacaban por el día a trabajar. Ahora hay presos y hay chinos libres, pero como en casi todos partes, apenas se relacionan con nadie. Angola les paga con el dinero que obtuvo del préstamo por lo que la riqueza no se queda en el país. Y aunque parezca increible, los chinos trabajan mucho más barato que los nativos. Esos nativos que, en más de un 70%, están por debajo del nivel de la pobreza.
28 noviembre 2006
Angola loves China
Publicado por Un barquero chiquitito en 2:47 p. m.
Temática:
Actualidad Angola
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2 comentarios:
Hola:
Te encontré buscando sobre el Banco Mundial.
Muy interesante la exposición.
saludos.
He visitado tu blog. Me lo apunto en favoritos porque me interesan los temas que tratas. Por cierto, 13,99. Un libro recomendable cuando menos.
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