30 noviembre 2006

La cooperación sueca

Junto con Dinamarca, Luxemburgo y los Países Bajos, Suecia es uno de los 4 países de la UE que ya destina un 0,7% del PIB a los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio). En Angola llevan muchos años. La cooperación sueca ha sido siempre una de las más numerosas en este país. Hoy, 30 de noviembre, era la fecha acordada para que Suecia devolviese a Angola una serie de infraestructuras que había construido para sus cooperantes. No está claro qué hará el gobierno angolano con los edificios y las instalaciones devueltas. Se comenta que las mejores ya están adjudicadas a altos cargos de la administración.

Suecia se va de Angola. Pero no está sola a la hora de marcharse. Desde que terminó la guerra, este país ha demostrado al mundo que tiene medios suficientes como para subsistir por su cuenta. No obstante, ha seguido delegando y dejando que los cooperantes internacionales realizasen sus labores humanitarias, que médicos extranjeros paliasen los efectos de la malaria, del cólera, la polio, el sida... Durante la fase más grave de la epidemia de cólera de este año, los cooperantes llegaban de todas partes y traían medicinas gratuitas al segundo mayor productor de petróleo del África subsahariana. ¿Y qué hacía el país a cambio? ¡Les cobraba cantidades desorbitadas por esas medicinas en las aduanas! Angola tiene dinero. Angola vive por fin en paz. Suecia y otros muchos están empezando a pensar que el niño ya ha crecido y que es hora de que se independice.

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La noticia del día

Angola tendrá un pabellón en la Expo 2008 de Zaragoza.

También está lo de que Angola quiera entrar en la OPEP, pero como importante, mucho más lo de Zaragoza. :-p

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Una buena noticia para Angola

Parece que hay visos de reactivación del sector primario. El Director Provincial de Agricultura y Desarrollo Rural, João Pedro Francisco, está llevando a cabo las primeras iniciativas para que de la Tierra del país se saque algo más que petróleo y diamantes.

A ver si continúan en esta línea.

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Y hace 2100 años...

Los griegos inventaron esto:


El aparato es un mecanismo de bronce y madera del tamaño de una caja de zapatos: 31,5 centímetros de longitud, 19 de anchura y 10 de grosor. Originalmente, el sistema de ruedas dentadas estaba protegido por una caja de madera, hoy casi totalmente perdida. Esa caja tenía una puerta frontal y otra trasera, "con inscripciones astronómicas que cubrían la mayor parte del exterior del mecanismo", explican Michael Edmunds, astrofísico de la Universidad de Cardiff, y sus colaboradores en Nature. Hasta nosotros han llegado 82 fragmentos del aparato, cinco de los cuales incluyen parte de las tapas con las instrucciones.

El dial frontal se utilizaba para conocer "la posición del Sol y la Luna en el Zodíaco, y un calendario correspondiente de 365 días que podía ajustarse para los años bisiestos". Los dos diales traseros indicaban el tiempo según dos ciclos astronómicos: el de Calipo -de 76 años y 940 lunaciones- y el de Saros -de 18 años y 223 lunaciones-, usado para predecir eclipses solares y lunares. Además, los autores creen, por las inscripciones, que pudo haber engranajes -hoy perdidos- para vaticinar el movimiento de los planetas.

Como siempre, algunos decían que tenía que ser extraterrestre. Al parecer, tampoco ha habido suerte esta vez.


Imagen de El País

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Qué placer da leer estas cosas por la mañana

Su último libro explica cómo funciona el cerebro humano. ¿Cómo lo hace el de Eduard Punset?

Igual que el del resto. Tal vez yo sea más consciente que otros de la necesidad de olvidar, de desaprender. La gente tiene una capacidad infinita para ser infeliz. Nadie nos enseña a desaprender las cosas que no tienen sentido.

¿Por ejemplo?


Las emociones no son importantes. Cuando entendamos eso, la vida será más fácil.

Entrevista a Eduard Punset en 20 minutos. Ni que decir tiene que ni conocía a este tío ni había visto Redes en mi vida.



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29 noviembre 2006

Tranquilo, relámpago

En quince días, desbordados por la gran afluencia de gente, se han registrado casi 62.000 electores en la provincia de Luanda. Haciendo cuentas, en los siete meses que se han planificado para realizar el censo completo, la cifra se elevaría hasta las 868.000 personas. Pero, ahora que lo pienso, en Angola se supone que hay casi 14 millones. Probablemente entre 8 y 10 en edad de votar. La mitad de ellos en la provincia de Luanda. Y todavía no hay datos de lo que se está haciendo en el resto del país, donde los trámites se retrasarán muy probablemente debido a las malas infraestructuras y a los campos minados.

El título no es mío, lo he copiado de escolar, que lo utiliza de vez en cuando.

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28 noviembre 2006

El pan nuestro de cada día

El día 14 de diciembre abrirán un mega centro comercial en Luanda. Se espera que acudan entre 5000 y 10000 personas a diario. 8 salas de cine, 100 tiendas, restaurantes, zonas de ocio, etc. Mientras tanto, las nuevas olas migratorias intentan hacerse sitio donde pueden. Una de las mejores zonas es la playa donde, al menos, hay agua para bañarse. Así, de la noche a la mañana, se levantan poblados enteros con uralita, tablones, plasticos... Según donde estén (en qué playa) las autoridades les dejarán establecerse o no. Si la zona es turística tienen la batalla perdida de antemano, y se tendrán que marchar para dejar sitio a un nuevo restaurante u hotel.

Los 1600 km de costa de Angola dan para mucho. Una nueva serie de proyectos pesqueros preveen dar trabajo a nada más y nada menos que 217.000 personas. Mientras tanto el gobierno parece incapaz de detener el avance de la mosca tse-tse por el país (amenaza ya con llegar a la capital) al igual que lo ha sido de atajar la epidemia de cólera que comenzó en febrero. La época de lluvias está de nuevo aquí. Se formarán otra vez enormes lodazales y, montañas de basura, arrastradas por el agua, acabarán amontonándose cerca de alguna barriada que no dará importancia a su descomposición.

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Angola loves China

Desde que en 1984 llegaron a un primer acuerdo de cooperación, China y Angola no han hecho sino estrechar relaciones.

A ello ha contribuido el que a China no le importe lo que Angola haga con el dinero que le presta. Al contrario de lo que pasa con el Banco Mundial, el FMI y la OMC, que se negaron a prestar nada salvo que Angola diese muestras de total trasparencia.

Así que ahora Angola tiene una línea de crédito casi ilimitada con el gigante asiático. Claro que China ha obtenido sus compensaciones. Compensaciones en materia de petróleo, que obtiene mucho más barato, y de contratos en exclusiva para construir infraestructuras en el país.

Luanda está llena de chinos. En realidad, parece que toda África lo está. Y en algunos sitios ya comienzan a criticar tanta "intromisión".

Me han contado que, al principio, los chinos que venían eran presos. Los metían en barracones por la noche y los sacaban por el día a trabajar. Ahora hay presos y hay chinos libres, pero como en casi todos partes, apenas se relacionan con nadie. Angola les paga con el dinero que obtuvo del préstamo por lo que la riqueza no se queda en el país. Y aunque parezca increible, los chinos trabajan mucho más barato que los nativos. Esos nativos que, en más de un 70%, están por debajo del nivel de la pobreza.

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23 noviembre 2006

La mujer angoleña

Cuando hablé de los microcréditos comenté que casi siempre eran concedidos a las mujeres. Los que prestan su dinero se fían más de una mujer pobre que de un hombre pobre. En Angola hay entre 2 y 3 veces más mujeres que hombres. Así que cada hombre tiene, al menos, una mujer y una "namorada". Esto no deja de tener sus ventajas, aunque en un país desarrollado nos pueda parecer escandaloso. Desde un punto de vista práctico sería inconcebible que más de la mitad de la población femenina no tuviera hijos.

Así que, en Angola, hay muchas madres solteras. Muchas madres que, además de llevar su palangana encima de la cabeza cargada de fruta, llevan a un niño pequeño colgado del cuerpo, envuelto en un paño para que no se caiga. De verdad que resulta enternecedor ver dos patitas, dos bracitos y la cabeza sobresalir de una de esas bolsas improvisadas. Desde pequeños, los niños africanos aprenden el ritmo africano. Lo aprenden de los movimientos de sus madres que les transportan. Aprenden lo que está bien y lo que está mal, lo que da miedo y lo que es motivo de alegría mirando a sus madres, a las que están pegados durante los primeros meses. Porque sus madres tienen que trabajar y no pueden dejarlos solos en una cuna mientras salen de casa al alba. El transportar así a tu hijo tiene unos beneficios increibles (sobre todo si lo comparamos con dejarlo en manos de un extraño o de otra persona que no sea su madre).

En cuanto pueden andar, los niños juegan con otros niños en la calle. Se socializan.

Desgraciadamente, en cuanto tienen 6 ó 7 años esa misma calle sólo les ve pedir limosna.

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22 noviembre 2006

Que hay de cierto en todo lo que se piensa?

Estos días, después del robo, parece como si nos sintiésemos algo más desnudos. Algo más lejos de casa. Algo más alejados de los posibles y familiares (que no tienen por qué aludir a la familia) apoyos. Esos que nos ofrecen salvaguarda, esas pequeñas artimañas que aumentan nuestra confianza. Cuando te vas a 7000 km de casa, de todo lo que conoces, te ves obligado a dejar atrás muchas cosas que te sustentan, aunque no lo hubieses notado hasta entonces, cuando la vida te da un vuelco y comienza a ir mal.

Pero la vida sigue, y aquí, como en cualquier otro sitio del mundo, el mundo gira queramos o no. Así que siguen sucediendo cosas. Buenas, malas, cosas, sin más. En resumidas cuentas, todo sigue igual salvo nosotros, los que somos nuevos en un mundo que, para todos los demás, no lo es. ¿Y qué hacemos si esas cosas, que tienen que seguir sucediendo, van mal? ¿Cómo reaccionamos? ¿Qué posibilidades tenemos de que, lo que nos pase en dos meses, sea una muestra representativa del nuevo mundo al que nos hemos mudado? Pocas o ninguna. ¿Qué derecho tenemos entonces a generalizar lo que nos ha pasado en ese tiempo? Parece que ninguna tampoco. Sin embargo tendemos a hacerlo, para protegernos. Es nuestra salvaguarda. Nuestro pequeño juego mental para sentirnos a salvo. Llegados a este punto, no queda sino decir que esta actitud se produce ante cada nueva situación que la vida nos depara, nos hayamos movido 7000 km de casa o acabemos de salir y estemos pisando la alfombrilla de bienvenida.

Asi pues, ¿tenemos derecho a desconfiar de todo y de todos? ¿Una sola cosa cambia la percepción global de un país entero? Nuestro cerebro dice que sí. ¡Claro que tenemos derecho! ¿Qué se puede hacer si no? A algo tenemos que agarrarnos para sentirnos a salvo ¿no? Porque sentimos miedo. Miedo porque estamos solos, lejos de casa, lejos de los nuestros, de nuestros cds, de nuestros libros, de nuestra cama, de nuestros amigos... La pregunta entonces parece que podría ser ¿es necesario sentir ese miedo para estar a salvo? O en otras palabras ¿Qué es estar a salvo? ¿Y qué entiende cada uno por estarlo? ¿Se necesita algo más que una situación que no escape por completo a nuestro control? Y como dice el archiconocido proverbio chino que me permito cambiar a mi antojo ¿y si escapa a nuestro control, qué? Al fin y al cabo, si eso sucede, ya no podremos hacer nada, ¿no? Y entonces, ¿qué pinta el miedo? ;-)

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20 noviembre 2006

Y ahora cómo cuento esto?

Estoy aquí sentado, en la terraza de nuestro piso. Todavía es de día y sopla una ligera brisa que viene del mar. Como hace tiempo que perdí el olfato necesario para distinguirlo, no tengo ni idea de si huele a sal o no. Así que el grado de poesía que puedo imprimir a mis palabras llega hasta aquí.

Supongo que este es uno de esos días que se recuerdan. De esos en los que estás deseando encontrarte con alguien conocido y decir ¿a que no sabes qué me ha pasado?

Pero empecemos por el principio. El viernes, como llovido del cielo (nunca mejor dicho), descubrí una red wifi abierta! Sin más dilación avisé al resto y nos pusimos a llamar a España. Como el nivel de señal es bastante bueno incluso me animé a descargarme un cliente torrent para bajarme alguna cosilla (muy poco a poco para que el dueño de la línea no se nos mosquee).

Enseguida se hicieron las 10 de la noche. Y esa era la hora acordada para ir de nuevo de fiesta. Nos pasaron a recoger y fuimos a una especie de residencia de franceses. Y menuda residencia. A los occidentales que vienen a trabajar aquí se les suele tratar muy bien. Cobran mucho y sus condiciones de vida deben ser las mejores, por el bien de las mismas empresas. He de decir que, a pesar de no entender nada de música, el pinchadiscos podría haberse ahorrado el trabajo. ¡Qué selección más horrible! Como es bien sabido, los franceses no tienen ninguna virtud, aunque ellos, por el milagro chovinista, crean que sí. :-p Así que esa noche no hizo sino confirmar nuestras fuentes, de las que nunca te puedes fiar del todo hasta que lo experimentas por ti mismo. Ah, tenían piscina. Claro que eso tampoco es ninguna virtud. Sólo es cuestión de tener dinero.

El sábado fuimos a la playa. Me volví a quemar. Claro que también me lo pasé genial. Había unas olas... Espectaculares. Simplemente me ponía cerca de la orilla y me dejaba engullir por frentes que eran más altos que yo. Me arrastraban, me hundían, me sacaban, me rebozaban por la arena. Y así una y otra vez. A la mañana siguiente todavía tenía granitos de cuarzo en las vías respiratorias superiores. Me lo pasé como un enano.

El domingo, como estaba quemado decidí no volver a ir a la playa. Se fueron los otros y yo me quedé esperando a que volviese la luz, que se había cortado. Pero no volvió, desde las ocho de la mañana hasta, precisamente, la hora en que volvieron mis compañeros, a la luz tampoco le apeteció volver. Así que cuando ellos llegaron volvía a haber aire acondicionado y luz para los portátiles. La verdad es que no me quejo. Nuestra cocina es de butano y me pude hacer algo para matar el hambre. Y comencé a leerme Cartas de Guerra de Lobo Antunes. En portugués, claro. Es fácil el portugués. Y en la pluma de Antunes ... me reí. Más que un libro de campaña, lo que parece, de momento, es un libro de amor desesperado. Lo mandan a la guerra de independencia de Angola (él es portugués) recién casado y con la mujer preñada de su primera hija. Precisamente esa hija y otra, que son las que han editado el libro, no han cortado nada de lo que su padre ponía. Así que el pobre Antonio (Lobo Antunes) sale siempre al borde de la desesperación, entre medio de la locura de amor, del deseo sexual y de los ataques de furia y celos porque no le llegan las cartas de su mujer.

Y por fin llegó el lunes. Como siempre, nos levantamos a las 7. Vamos al trabajo y, al llegar, nos dicen que han robado la caja fuerte. La caja donde tenemos todo el dinero. ¿Todo? Sí, todo. Adios coche, adios viajes en diciembre-navidad. Adios muchas cosas. Para mí, adiós a 5000 dólares. Como fui yo el último que se fue me preguntan si cerré bien. Como me acuerdo perfectamente digo que sí (y no miento). Así que esperamos a que llegue la policía. Nos dicen que no toquemos nada pues sacarán huellas y todo eso. Nosotros, avezados ya en el tema, después de haber visto CSI innumerables veces, asentimos, dando nuestra aprobación de expertos.

2 horas después llega la policía. Para el que crea que eso es llegar muy tarde aclarar que en Angola es lo normal. Suben 5 ó 6 e inspeccionan el lugar del robo. Sin más. ¿Eso es todo? No, es que los de las huellas aún no han llegado. Ah, vale. Pasan las horas...

Decir que no hay puertas ni cerraduras forzadas. Ni siquiera para abrir el sitio donde estaba la caja fuerte. Además, parece que fueron directos a por donde sabían que había algo.

A las 15:05 llega la policía "de huellas". 7 horas después. Es de suponer que tanta espera haya sido por una causa del tipo "vamos a preparar bien todo el material" así que me acerco a mirar qué hacen. Entran todos en la sala. Los que había antes y los nuevos. Los nuevos se ponen a observar con detenimiento, desde arriba (sin agacharse), el armario de la caja fuerte, que está a ras de suelo y no tiene más de 90cm de altura. Así durante 2 minutos. Ante semejante muestra de concentración, el resto de los policías les imitan y yo también, quedándonos todos observando el armario, como a la espera de que en cualquier momento, nos vaya a decir quién había osado abrirlo para robar. Por fin se rompe el silencio y comienzan las preguntas. ¿Quién fue el último en salir? Yo ¿Quién fue el primero en entrar? Ese no fui yo ¿Cerraste esta puerta con llave? mientras señala a la puerta del despacho, que desde que llegué siempre he visto abierta. "No" respondo. ¿Por qué? Y le contesto que nunca se cierra. Y aquí es cuando todo queda resuelto ya que, con un rápido ademán, expone sus conclusiones ante la estupefacción (admirada, por supuesto) de su audiencia: "Si no se cierra la puerta, te roban".

Y yo ... claro, si la culpa es de los padres, que las visten como putas.

Pero no acaba ahí la cosa. "Ahora es cuando sacan todo el material y comienzan a tomar huellas" pienso yo. Y precisamente, en ese momento uno de los nuevos se acerca al armario y ... posa delicadamente todos los dedos de su mano en el asa, en los bordes, en todas partes. Pide la llave para abrir la puerta, la abre. La cierra. Pregunta qué hay dentro de cada armario, de cada cajón de la sala para, a continuación, volver a estampar sus huellas en pomos y portezuelas, cajones y mesillas. Claro que si lo piensas, él ya había resuelto el caso, el culpable había sido yo por no cerrar con llave la puerta del despacho.

En fin. Alguien debe estar nadando en nuestros ahorros. Si le pillan, como ha robado a unos blancos, puede que le metan un tiro en la cabeza sin preguntar. No sé, casi prefiero que no le cojan. Pero quizá el sindicato del crimen esté aquí a la misma altura que el de la policía y mañana nos lo traigan esposado. De todas formas, las risas que me he echado hoy, a pesar de haber perdido tanta pasta, no tienen precio. Esto ya no me lo quita nadie. Ni el mejor ladrón del mundo. Bueno, si se llama Alzheimer sí, pero para eso aún queda, y, aunque acabe desplumándome, todavía podré leerme a mí mismo en el blog. ;-)

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17 noviembre 2006

Festival de cine Ibérico y palancas


Ayer comenzó la 1ª Mostra de Cinema Ibérico. 14 películas españolas y portuguesas. El día del estreno lleno a rebosar. Y como primera película "Mar Adentro", de Alejandro Amenábar.

A continuación fuimos de nuevo al club sueco. Había una conferencia sobre las palancas negras. El animal que da apelativo al equipo de fútbol nacional. Durante los 30 años de guerra civil que ha padecido Angola, la población, pobre, pero bien provista de armas, cazaba para sobrevivir. La variada y rica fauna que poblaba el territorio angolano se fue reduciendo hasta casi la extinción de muchas especies. Rinocerontes, leones, hipopótamos, elefantes, cebras o palancas negras, que antes abundaban, tuvieron que elegir entre emigrar o desaparecer.

Resulta curioso que la población negra rehuyese cazar durante años el ganado que, tras la marcha de los portugueses, quedó en libertad. Se negaban, todavía por miedo al amo blanco, a disparar a aquellas piezas suculentas mientras no les importaba (el hambre es lo que tiene) diezmar las especies salvajes.

Las palancas negras emigraron para sobrevivir (o más bien sólo sobrevivieron las que emigraron). No hace mucho el gobierno creo un plan de conservación para ellas. Para atraerlas de nuevo a su país de origen. Por lo que oí ayer, matar una está penado, pero se sigue haciendo, y, a según qué niveles, presumiendo de ello.

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16 noviembre 2006

En qué estaría yo pensando

Ayer, el presidente de Angola daba por comenzadas las actividades para llevar a buen término el censo de la población del país. Ese censo cuya principal misión (o por lo menos la que todo el mundo ve más clara) es la de permitir unas elecciones democráticas anunciadas para dentro de un año.

Hace casi un mes, El Pais se hacía eco de una noticia aparecida en el diario Publico portugués, que implicaba al mismo señor que ayer dio por comenzado el censo. Dos semanas después, el Jornal de Angola, el único diario con licencia para imprimirse y venderse aquí, desmentía todo, alegando la conocida beligerancia de dichos diarios contra el gobierno.

Ayer, al tiempo que comenzaban las actividades para el censo, 30 personas, pertenecientes a un partido de la oposición, eran detenidas delante de la embajada francesa, por intentar manifestarse contra los hechos descritos arriba.

Mientras tanto, todo el mundo confía en que, tras las elecciones, no vuelva a suceder lo que en el 92.

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13 noviembre 2006

Dos veces en un fin de semana

Hacía años que no salía viernes y sábado. Para alguien como yo, que puede estar tranquilamente 6 meses sin pisar un bar-taberna-pub-discoteca (y quien dice 6 meses bien puede decir el tiempo que quiera) el salir dos días seguidos suena bastante extraño.

Pero ahí estuvimos. El viernes fuimos a Palos. Es lo más parecido a un pub europeo que hay por aquí. De hecho, se parece a los que estuve viendo en Andalucía este verano. Es un patio, abierto al aire libre. Bastante grande. Con un precio por entrar (20$) que, junto al derecho de admisión (por el que tuve que volver a casa a cambiar mis zapatillas por zapatos y mi camiseta por camisa) impide entrar a los que no tengan un cierto poder adquisitivo. Al parecer, es el sitio donde más blancos puedes encontrar en la noche luandesa. Si vas con coche, es importante llegar antes de las 12 para aparcar cerca de la puerta. La cantidad de metros del coche a la puerta (tanto al entrar como al salir) es proporcional a las posibilidades de ser asaltado. No obstante, a las 2 de la mañana hay tanta gente que apenas puedes moverte.

El sábado por la mañana fuimos a la playa. Tomamos el sol, nos bañamos, me quemé. Comimos, me quemé. Lo típico. Salvo por una cosa. Los candongueiros siempre son distintos. Hay dos tipos. Las furgonetas azules y blancas y los que hacen de kandongueiros pero son turismos de 4 plazas (o cinco muy apretadas). Tuvimos la suerte de coger dos de éstos. Digo la suerte porque, pagando un poco más (200 kwanzas a la ida y 400 a la vuelta) pudimos ir, nosotros solos con el conductor, de casa a la playa y de la playa a casa. Si coges un taxi el viaje sale por 1500 ida y 1500 vuelta.

Y por la noche fiesta angolana. Eramos los únicos blancos de entre las 50 personas que había allí. 3500 kwanzas para entrar daban derecho a comida y bebida. Las fiestas "privadas" en angola se suelen organizar en los áticos de los edificios. Se prepara el generador, una mesa para pinchar discos, unos buenos altavoces, y... a bailar hasta las 6 de la madrugada. Como el chaval que nos llevó conocía a mucha gente nos admitieron sin más. Claro que la admisión no parece incluir que puedas bailar kizomba como sí hacen los demás, que van cambiando de pareja sin parar. Supongo que, al ser una fiesta privada, donde todos se conocían, no debía estar muy bien visto bailar con el chico blanco nuevo. Así que tras intentarlo unas cuantas veces me limité a disfrutar de ver cómo bailaban ellos. En otro post hablaré con más tranquilidad de este baile, tan dinámico a veces y tan sumamente inmóvil otras. Los pasos son siempre los mismos. Pero si la música es lo suficientemente lenta o si, entre los integrantes de la pareja, hay la sufiente complicidad, se limitan a cerrar los ojos y dejar que sus cuerpos, completamente pegados, se mezcan mutuamente. Mucho había oído de lo sexual de este baile. No me lo pareció tanto, ni mucho menos. No para ellos. No como yo lo vi. Quizá sentirlo sea diferente. Pero eso será si me dejan. :-D

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Me faltaban vuestros comentarios

Me ha avisado ahora Martuky de que, sin darme cuenta, había moderado los comentarios.

La verdad es que me extrañaba no tener ninguno desde hace casi un mes y más cuando el número de visitas no había bajado sustancialmente.

Una vez solucionado todo (y publicados los comentarios que habíais escrito durante este tiempo) os quería dar las gracias a todos los que escribís o leéis por aquí.

Y sin más dilación, os invito a seguir haciéndolo con el siguiente post.

Abrazos y besos para todos.

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10 noviembre 2006

2000 dólares


Es lo que cuesta alquilar un coche en Luanda. Bueno, no es lo que cuesta realmente. Es el aval que tienes que dejar para llevarte un Getz! 108$ de auténtico alquiler aparte.

Así que vamos a estar otro fin de semana sin coche. Porca miseria :-/

Nos tocará ir de nuevo en kandongueiro, uno como el que aparece en la foto. Vale 50kwanzas montar. Y bueno, es una auténtica experiencia. De noche, como siempre, no es recomendable.

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08 noviembre 2006

Estoy bien

Y como bien y de todo. Y me cuido. Y duermo. Y trabajo. Y ...

Si al final voy a tener que actualizar el blog todos los días para que mi familia no se preocupe. :-p

Parece que de este fin de semana no pasa. Por fin vamos a tener coche. Alquilar uno pasa de los 100$ diarios y hay que hacerlo con una semana de antelación.

Nos van a dar ahora una tarjeta para comprar en un supermercado francés que importa todo y trae productos "como los de casa". Sigo sin comer casi nada de carne, pero la que vendían tenía muy buena pinta. También el pescado y, en general el resto de cosas.

Ah, después de muchas pesquisas, quien quiera comprar piña, va a 250 kwanzas. Ni más ni menos. Si es al final del día no regatean más de una vez.

Comprar libros tampoco es nada fácil. Los stocks aquí se componen, con suerte, de colecciones antiguas. Pero no se vayan a creer que las colecciones son de clásicos universales. Novela rosa o de aventuras de autores portugueses.

Aunque algo (poco) hay. Menos mal que existen las bibliotecas on-line. XD

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