Cuando comienzas una partida en un juego de rol, el personaje que elijas tiene, además de características físicas y mentales, un alineamiento moral. Ese alineamiento ofrece una serie de ventajas. Algunas personajes del juego son más receptivos contigo según seas malo, bueno o neutral. En la vida real ocurre algo parecido. Como animales sociales, tendemos a agruparnos con personas que tengan un nivel moral parecido al nuestro. A veces adaptamos de forma voluntaria esa moralidad y otras veces es nuestro grupo el que nos hace derivarla o mantenerla sin que nos demos cuenta.
Aparte de este sistema de regulación "externo", se han encontrado indicios de una regulación "interna". Una regulación que funciona así: una vez establecida nuestra moral, si realizamos un acto que no cuadre con ella, "necesitaremos" hacer alguna otra cosa que haga que, en media, nuestra moral se vea inalterada. Ejemplos típicos serían los de "limpiar nuestra conciencia" después de hacer algo malo o comportarnos mal para mantener nuestro estatus de duros frente a nosotros mismos (ya no frente a nuestros amigos).
Visto en Science Daily.
01 julio 2009
Ajustando nuestra moral
Publicado por Un barquero chiquitito en 11:27 a. m.
Temática:
Ciencia,
ética,
psicología
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