Microcréditos.

Hace unas décadas, un hombre le dejó a una mujer que no conocía de nada 27 dólares. No era mucha cantidad pero para aquella ama de casa, madre de unos cuantos niños pequeños y probablemente sin un compañero que aportase dinero a su familia, supuso una tabla de salvación. Con ese dinero y un gran esfuerzo, sacó a la familia adelante y devolvio el dinero a la persona que se lo prestó.

El 2005 fue declarado por la ONU el año mundial del microcrédito. Durante ese año se esperaban conceder 100 millones en todo el mundo. Cada uno de ellos para uso únicamente personal (nunca para empresas) y en su mayoría teniendo como destinatarias a mujeres.

Otra política que se sigue a la hora de concederlos es que si una sucursal obtiene beneficios, no los envía a la central sino que los emplea en conceder más microcréditos de tal forma que sólo los necesitados obtienen la ayuda. Esto se hace en contraposición a la política de llevar todo el dinero ganado a la central para conceder grandes créditos a personas que sí tienen muchos recursos.

Esta forma de prestar dinero se ha extendido a todos los países del mundo. Independientemente de su grado de desarrollo. Aunque siguen siendo los menos desarrollados donde más se necesitan. Ahora, de nuevo tras la pacificación post guerra civil, también se introducen en Angola.

Microcréditos.