Claro que una vez leas este post quizá ya no vuelvas a ver un coche con una pegatina graciosa tan divertido.
Un equipo de psicólogos de la Universidad del Estado de Colorado han encontrado una fuerte correlación entre estas pegatinas y una conducción agresiva. El tono de las mismas es independiente de los resultados, es decir, sean graciosas o beligerantes el conductor se comporta de forma agresiva igual.
Estos psicólogos lo interpretan diciendo que las pegatinas expresan una especie de marcado territorial (sí, como los perros cuando van meando por las esquinas). De esta forma, personalizando su coche, los usuarios intentan transmitir que la zona que delimitan esas marcas de vivas formas y colores es suya y la defienden frente a los demás mostrándose más agresivos en la conducción.
Visto en Pure Pedantry.
25 junio 2008
Anda, mira, qué gracioso...
Publicado por Un barquero chiquitito en 1:21 a. m.
Temática:
Antropología,
psicología
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