Leo en Público:
Hasta un tercio de los españoles tiene su mirada fija en la televisión 416 minutos al día. Una estadística chocante que, sin embargo, no sorprende a los expertos por el papel que en ella tienen las señoras mayores en situaciones de soledad: el 45% de las hiperconsumidoras de televisión son señoras de más de 55 años. Y el 30% tiene más de 65 años.Recuerdo que a los 7 años estuve mi primer año sin televisión. Se rompió y yo tuve que ver todos los capítulos de V en casa de diferentes amigos del colegio.
A pesar de las muchas horas que estos telespectadores ven la televisión al día, no les suele comportar adicciones. Pero en los jóvenes es más probable que eso ocurra. “El matiz está en la dejación de las responsabilidades de la vida cotidiana”, explica la doctora Rosa Díaz, psicóloga del Servicio de Psiquiatría y Psicología de la Unidad Infant-juvenil del Hospital Clínico de Barcelona. “De hecho, ver televisión puede ser hasta positivo para la persona siempre que no afecte a sus relaciones personales”.
No obstante, Díaz asegura que no es recomendable ver más de una hora de televisión al día. “Un niño lo que tiene que hacer es tener amigos, estudiar, estar con la familia o en el colegio”, explica.
A partir de entonces acudí más bien poco a la cita con la pequeña pantalla. Y, paradójicamente, terminó sucediendo algo curioso: empecé a tener cada vez menos temas comunes de conversación con la gente de mi edad: todos veían un montón de programas que yo pasaba por alto. Programas que eran la comidilla de los recreos y de los periodos entre clase y clase. Vamos, que tuve que volver a ver la tele de nuevo, y en grandes cantidades, para no quedarme sin amigos.
Esto es sólo un pequeño ejemplo; no estoy diciendo que la tele sea buena. Pero tampoco seré yo quien defienda que no lo es. No sé dónde está el límite pero dudo que decir que es de una hora diaria ayude en algo, excepto a la hora de preocupar a los padres haciéndoles creer que sus hijos van a volverse unos adictos. La labor de los progenitores debería ser, más bien, darse cuenta de cómo afecta a sus hijos (y sólo a sus hijos) el tiempo que pasan realizando cualquier actividad (no sólo ver la tele) y no, como parece ser lo habitual, hacer caso al primero que pase poniéndole límites al potencial de su retoños. Claro que para lo primero se hace necesario ver, de vez en cuando, a esos sus hijos. Y, para lo segundo, no.
1 comentario:
¿Y qué es lo que ven durante todo ese tiempo? El 60% serán anuncios.
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