Death Note ha sido probablemente (según he leído) la mejor serie de anime japonés de los últimos años. 37 capítulos de 20 minutos que te atrapan de principio a fin.
La sensación de estar en un parque de atracciones en el que nunca finalizan las sorpresas, en el que, cuando crees que lo que acabas de probar es insuperable, algo nuevo te deja otra vez con la boca abierta... es lo que mejor define a esta serie. Los primeros 10 capítulos son memorables. Más o menos hacia la mitad (18-20 y hablo de memoria) se produce un pequeño parón argumental. Parón que no es sino el aviso para que el espectador se prepare, porque el final es trepidante. Quizá los últimos episodios no alcancen el nivel del principio, quizá sean un poquito previsibles (aunque hay que esforzarse para adelantarse a la trama) pero están llenos de acción, de giros argumentales y de personajes bien perfilados y que crecen según avanza la historia.
No voy a contar de qué va. Para eso ya está la Wikipedia. Pero sí quería comentar que me gusta encontrar, cada vez más, series, como Death Note, donde los personajes se paran a pensar (y la camara así lo recoje) antes de actuar. En contraposición a los típicos productos en los que cada segundo de metraje es aprovechado para meter una línea de diálogo o una reacción emocional a un diálogo anterior, en los últimos años se les ha permitido ¡reflexionar! delante de las cámaras a algunos personajes elegidos. Los protagonistas ya no saben siempre lo que hay que hacer, ya no se dejan llevar por su instinto independientemente de la situación. Ahora, por fin, parece que se valora el análisis, el evaluar los acontecimientos, el tomarse un tiempo para sopesar los pros y los contras antes de actuar.
Y digo que me alegro porque la televisión y el cine son, con bastante seguridad, más influyentes para nosotros, en cuanto a hábitos sociales, que todo lo que aprendemos en la escuela, en el trabajo o en casa. Tanto de pequeños como de mayores nuestros héroes aparecen demasiadas veces por pantalla. Nos sentamos frente al televisor (o sucedáneos) entre 3 y 5 horas diarias (siendo benevolentes). Y la mayoría de las veces sin establecer mecanismo alguno de control o crítica hacia lo que estamos viendo.
Y por todo ello quizá, sólo quizá, si vemos que por la tele la gente necesita pensar para tomar la decisión correcta, comencemos también a considerarlo algo aconsejable para nuestras propias vidas.
05 mayo 2008
Death Note: otro gran ejemplo de serie recomendable
Publicado por Un barquero chiquitito en 11:41 p. m.
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3 comentarios:
Pues tiene muy buena pinta. Me pongo a buscarla.
Gracias por recomendarla.
Eso sí, el final no me ha convencido. ;-)
Jejeje. Un detallito sin importancia. El final.
De todas formas, si la serie está tan bien, al menos disfrutas la chica y la limoná.
Sino, mira "Twin Peaks", el mejor ejemplo. *_*
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