Todos hemos sido jóvenes e incluso muchos han querido cambiar las cosas que veían mal a su alrededor cuando disfrutaban de esa juventud. "Incomprensiblemente" el paso de los años ha hecho que la mayoría abandonemos actitudes batalladoras pasándonos al bando de la resignación y de la vida contemplativa y que, al ver a uno de esos jóvenes guerreros de la libertad, lo único que pensemos sea "ya se le pasará".
Supongo que la vida de muchos de nosotros hubiera cambiado si nuestras protestas en esa época en la que no parábamos de cuestionar todo hubieran llegado al New York Times (o a un medio similiar). Pues eso es lo que le ha sucedido a un recién estrenado profesor de matemáticas después de denunciar cómo la política educativa de su instituto permitía, para evitarse los inconvenientes alumnos repetidores, que una alumna obtuviese una calificación de 45 (sobre 100) sólo por haber asistido a una clase a lo largo de todo un semestre. La alumna terminó aprobando (y graduándose) tras asignársele un tutor personal y tras permitírsele realizar una repesca.
Enlace al artículo en el New York Times.
02 agosto 2007
El sueño del profesor responsable
Publicado por Un barquero chiquitito en 8:57 p. m.
Temática:
Corrupción,
educación,
EEUU
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