Hace ya un tiempo que me pregunto si no estaré siendo demasiado duro en mis críticas al gobierno angolano. Se dice a menudo que la mayoría de la gente tiene una enorme capacidad para ver los defectos de los demás pero no para ver sus virtudes.
Así pues, para todo aquel que, leyendo mis post sobre el tema, haya concluido que Angola se dirige directa al desastre, he de decir que no tiene por qué ser así. Puede que las medidas y las inversiones del gobierno hagan que Angola acabe siendo un buen sitio para vivir y que el pueblo angolano acabe siendo dueño de sí mismo.
Puede. Pero esto no es un trueque. El gobierno hace muchas cosas que debe hacer pero hace muchas otras que no debería y no puede existir mecanismo alguno de compensación. Las segundas han de, simplemente, desaparecer. Y mientras existan también lo harán las críticas. Sean mías o de cualquier otro.
02 febrero 2007
El camino a seguir
Publicado por Un barquero chiquitito en 1:34 p. m.
Temática:
Actualidad Angola,
ética
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