En noviembre, un artículo en Nature sacaba a la luz pública las consecuencias para la salud que tiene la contaminación, más concretamente las partículas pequeñas (aquellas que tienen menos de 2,5 micrometros de diámetro en suspensión)
El análisis demostró una relación entre el incremento de los niveles de pequeñas partículas de polución y las altas tasas de muertes y complicaciones por enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares, dependiendo no sólo de la ciudad sino también del sitio de la ciudad donde se viva.
Aunque el estudio se puede generalizar a hombres y mujeres, se centraba en ellas, que al tener unas arterias más pequeñas, ante una misma tasa de polución tienen más riesgo de ataques cardiovasculares.
El estudio muestra un incremento de 1,76 veces en el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular por cada incremento de 10 microgramos por metro cúbico en la concentración medio de martículas de polución pequeñas.
Las conclusiones, para la economía estadounidense, no dejan de ser clarificadoras:
Costaría 2.5 billones de dólares limpiar el aire hasta alcanzar los 14 microgramos por metro cúbico en 2020, en lugar de tener 15. Pero el mismo análisis sugiere que, bajando la concentración hasta 14 microgramos por metro cúbico, la economía se ahorraría 10 billones de dólares entre costes sanitarios y los otros derivados de las muertes.
Las políticas actuales en Inglaterra son que no se excedan los 50 microgramos durante más de 7 días al año y que poner el límite en 20 microgramos (en Londres se conformarían con 23 microgramos), ambos objetivos para el año 2010.
El artículo de Nature es de pago, para variar.
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