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Uno de los dos, él o yo, sorprendía gustoso al otro con algún libro que llevaba largo tiempo buscando, pero que aún no conocía. Y aquello acabó convirtiéndose en una competencia de la que ya no podíamos prescindir. Las librerías de los alrededores del Museo Británico eran inagotables, y buscando libros de viejo pasábamos no menos tiempo que enfrascados en nuestras conversaciones. En todos esos días de búsqueda hubo uno [en 1944] en el que pude mostrarle Specimens of Bushman Folklore de Bleek y Lloyd, una de las joyas de la literatura universal, sin la que no querría seguir viviendo. Yo acababa de descubrirlo antes de que nos encontrásemos en el club, y él no podía creerlo; se lo di y se puso a hojearlo con manos literalmente temblorosas, felicitándome como se felicita a alguien por algún acontecimiento crucial en su vida.

Elias Canetti recordando sus conversaciones con Franz Baermann Steiner. Apuntes 1992-1993.

Según algunas teorías de nueva aparición, que establecen diferencias entre el ADN de las diferentes razas humanas, todos las personas de este planeta descendemos de los antepasados de los |xam, a los que también se les conoce por los nombres de khoisan, bushmen o bosquimanos.

Este pueblo con 50.000 años de antigüedad se dividió en varias ocasiones para salir por oleadas de África. Los que se quedaron, sobreponiéndose a las adversidades que habían obligado a sus congéneres a migrar, continuaron con sus vidas nómadas, y los buenos tiempos regresaron para suministrarles caza abundante y permitirles convertirse en un pueblo con un folkrore, una cultura y una capacidad artística muy elevadas, como demuestran las palabras de Canetti. La llegada de los bantúes hace 1500 años les obligó a cambiar su ubicación dentro del cono sudafricano. No obstante, no fue hasta la llegada de los colonos europeos cuando los bosquimanos conocieron lo que es ser perseguido y aniquilado. Alejándose de las ciudades costeras, los granjeros europeos fueron introduciéndose cada vez más en las llanuras africanas, hasta encontrarse con los |xam y sus fértiles tierras repletas de caza. Una vez allí, los Trekboers se apropiaron de las fuentes de agua y mataron a todos los antílopes, que competían con su ganando por los pastos. De repente, los |xam se encontraban sin comida ni agua, además de expulsados de sus territorios. Para no morir de hambre se vieron obligados a matar ganado de los colonos, lo que dio la excusa perfecta, al civilizado pueblo europeo, para comenzar un genocidio que duró más de 200 años. Un genocidio que sólo "se detuvo" cuando, a finales del s. XIX, la población |xam se había reducido tanto y estaba tan dispersa que era imposible seguir con la caza sistemática. Fue en ese tiempo cuando los autores de Specimens of Bushman Folklore comenzaron su ingente labor de reconstrucción.

Pero las desgracias no habían terminado. Merced a su modelo nómada, tan contrario al que todos conocemos y utilizamos, los |xam se convirtieron en blanco fácil cada vez que, en una de las tierras donde cazaban o recolectaban, era descubierto un nuevo yacimiento o se quería acondicionar un parque natural con fines turísticos. Expulsados una vez tras otra, la llegada de la auténtica justicia les ha dado por fin la razón.

Fuente principal: La niña que creó las estrellas. José Manuel de Prada Samper.

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