El cuerpo humano (como el de otros muchos animales) tiende a consumir los carbohidratos antes que las grasas para que estas últimas se acumulen en previsión de tiempos de escasez. Sin embargo en los países desarrollados no suelen darse hambrunas desde hace un tiempo y la gente se encuentra, cada vez más, frente a un problema "creciente".
Y aquí es donde aparece la hormona FGF21 que, junto con un receptor celular encargado de controlar el uso de las grasas como energía, se ha encargado de que unos ratones de laboratorio entrasen en hibernación, olvidándose su metabolismo de quemar carbohidratos y pasando a quemar las grasas acumuladas.
Ahora sólo resta manipular el circuito hormona-receptor un poquito para adaptarlo a los humanos consiguiendo, además de que sólo se quemen las grasas, evitar ese efecto secundario llamado hibernación.
Visto en Science Daily vía A blog around the clock.
07 junio 2007
La hormona de la hibernación
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