Cuando miramos, tocamos, olemos, saboreamos u oímos, nuestros sentidos envían información al cerebro que es el encargado de procesarla.
Hasta ahí bien.
Con el tiempo, el cerebro tiene cada vez más y más información en su interior y, poco a poco, comenzará a decirle a sus sentidos cómo tienen que percibir la realidad. Cómo tienen que mirar los árboles, a los viejos amigos, a los nuevos, el agua fría, a la risa o el llanto (las conexiones "de vuelta" entre el cerebro y los sentidos existen y son muy numerosas).
La imaginación es muy importante. Y, en muchos casos, no deja que nada más exista.
Link relacionado: The Frontal Cortex.
07 junio 2007
La realidad: el resultado más sublime de la imaginación.
Publicado por Un barquero chiquitito en 1:16 p. m.
Temática:
neurología,
psicología
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