Como espero que todos sepáis, estoy en Angola. Éste es un país del África negra, aunque a los negros no les gusta demasiado que les llames así (en portugués, preto=negro es muchas veces tomado como un insulto). Aquí a la gente le gusta reírse. Será porque, en media, sólo tienen para hacerlo la mitad del tiempo del que dispone un europeo. O porque, como ellos mismos dicen, cuando no ven a un amigo durante un tiempo probablemente sea porque está muerto. Así que los que siguen vivos intentan aprovechar sus días. En 2002 terminó una guerra civil que había seguido la estela de una guerra de independencia anterior. En total fueron 40 años de combates apenas interrumpidos por pequeños períodos de paz. El resultado se puede resumir en una palabra: desaparición.
- Desaparición de los colonizadores. En 1975 los portugueses empacaron todo lo que pudieron y se marcharon dejando al país sin todos sus cargos administrativos. Durante los más de 400 años que habían permanecido en su colonia, jamás dejaron que los colonizados tuvieran acceso a cargos importantes por lo que, cuando se marcharon, los angolanos no estaban preparados para dirigir el país.
- Desaparición de la vida en las provincias. La larga guerra hizo que vivir en una hacienda en el campo se convirtiese en una excusa para que las guerrillas saqueasen todos tus bienes. Así que la gente se refugió alrededor de los centros urbanos. Luanda, la capital, pasó de tener apenas 600.000 habitantes en 1975 a sus 4,5 millones actuales. Durante ese tiempo no se construyó una sola casa y cada una de las personas que llegaba simplemente se amontonaba con el resto levantando con bloques, maderas diversas y plástico un sitio donde cobijarse. El 80% de la ciudad no tiene agua corriente, electricidad o alcantarillado. Algo parecido, aunque a menor escala, sucedió en el resto de centros urbanos del país.
- Desaparición de los cultivos y la artesanía. Con la fuga de la población, los cultivos se perdieron así como la ganadería y los productos manufacturados de todo tipo. Angola era el segundo mayor productor de café del mundo antes de la independencia. También era un gran productor de algodón y su clima, donde nunca hiela y llueve mucho hace que los cultivos necesiten pocos cuidados. Piñas, bananas, mangos, aguacates, guayabas, cítricos, maracuyás, arroz, patatas, maiz, caña de azúcar, legumbres que no se consumen en Europa y otras muchas cosas podían crecer sin apenas trabajo. Ahora Angola vuelve a producir un poco de todo eso. Pero debido a otro par de desapariciones, le resulta más caro llevarlo del campo a las ciudades que importarlo. Así que Angola importa prácticamente todo.
- Desaparición de la red de transportes. No hay en Angola más de 600 km de carretera decente. Y cuando digo decente me refiero a una mezcla entre nacional y comarcal. El resto, cuando hay asfalto, está lleno de agujeros y es imposible circular a una velocidad mínimamente razonable (mayor de 40km/h). Uno de los contratos que tiene Angola con China se firmó para construir carreteras y ferrocarril. Parece que están en ello. De momento, como decía antes, cuesta menos importar alimentos que llevarlos de una provincia a otra (un camión tiene muchas posibilidades de romper sus ejes en el camino). Otro de los problemas de no tener carreteras (y también origen de no tenerlas) son las 9 millones de minas que hay enterradas en el País. Cuando llueve, las minas se mueven así que una pista de tierra que antes era segura puede dejar de serlo después de una tormenta.
- Desaparición de gente. Durante el conflicto (es algo que sucede en cualquier guerra civil, pero ésta duró 30 años) las familias se vieron separadas. Muchos de sus componentes siguen ilocalizados ahora mismo. El que el país no tenga un censo no ayuda demasiado a reunir las familias. También hay casos de desapariciones en la actualidad. En Angola se comercia con órganos que son extraídos a niños arrebatados de sus familias.
- Desaparición de la mirada hacia el futuro. Cuando puedes morir al día siguiente durante 40 años no te preocupas de lo que va a pasar dentro de 2. Para mí éste es el mayor problema que tiene Angola ahora mismo. Sus habitantes no están acostumbrados a pensar en las consecuencias de continuar haciendo lo que hicieron durante todo este tiempo de conflicto. Normas básicas de civismo o educación no son respetadas ni siquiera (y muchas veces mucho menos) por las clases altas. Las personas como mucho piensan en su familia y su grupo de amigos, pero no van más allá. No hay sentimiento de comunidad y mucho menos una visión global.
Creo que con este conjunto de desapariciones se puede explicar muchas de las cosas que suceden por aquí: desde la corrupción gubernamental, el elevado número de muertes por enfermedades tratables, la espantosa balanza comercial del país, la desidia general de la población a la sonrisa de la gente que, día a día, continúa viviendo en esta tierra que, para ellos, no es tan mala.
06 marzo 2007
Pequeño resumen de los últimos meses
Publicado por Un barquero chiquitito en 9:09 a. m.
Temática:
Actualidad Angola,
Vivencias Angola
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