Para mí lo peor, con mucha diferencia, del trato que dispensa el ICEX a sus becarios es permitir y alentar que el primer año de beca no sea sino una espera agazapada para obtener un segundo año en un sitio mejor. Durante un año entero mantienen a los becarios aguantando todo tipo de situaciones, difíciles siquiera de imaginar, sin que de ellos surja la más leve protesta por si se quedan sin ese anhelado segundo año. Vivir a la espera de tiempos mejores sin posibilidad de mejorar el presente no es vivir. Si además se vive con miedo a que te puedan quitar tu sueño ya no sé ni qué nombre ponerle. El ICEX promueve la sumisión, el respeto incuestionable a la autoridad y vivir con miedo a no recibir el anhelado premio. Ése es el ejemplo que da una empresa estatal a todo un país sobre la clase de trabajadores que hay que conseguir.
Y ahora me dirán que tampoco es para tanto y yo les diré que generarle miedo e imponer la autoridad con ese miedo es lo peor que se le puede hacer a un ser humano, pues bajo una autoridad que lo controle, cualquiera de nosotros, como demostró Milgram ante la estupefacción de muchos, será capaz de tortura o asesinar.
Actualizo: el experimento Milgram se ha replicado muchas veces y los resultados no varían. Una persona sometida a la autoridad no escuchará sus propios valores morales en 2 de cada 3 casos:
El fin de la prueba era medir la buena voluntad de un participante a obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas puedan entrar en conflicto con su conciencia personal.
Antes de llevar a cabo el experimento, el equipo de Milgram estimó cuáles podían ser los resultados en función de encuestas hechas a estudiantes, adultos de clase media y psicólogos. Consideraron que el promedio de descarga se situaría en 130 voltios con una obediencia al investigador del 0%. Todos ellos creyeron unánimemente que solamente algunos sádicos aplicarían el voltaje máximo.
El desconcierto fue grande cuando se comprobó que el 65% de los sujetos que participaron como "maestros" en el experimento administraron el voltaje límite de 450 a sus "alumnos", aunque a muchos les situase el hacerlo en una situación absolutamente incómoda. Ningún participante paró en el nivel de 300 voltios, límite en el que el alumno dejaba de dar señales de vida. Otros psicólogos de todo el mundo llevaron a cabo variantes de la prueba con resultados similares, a veces con diversas variaciones en el experimento.
En 1999, Thomas Blass, profesor de la universidad de Maryland publicó un análisis de todos los experimentos de este tipo realizados hasta entonces y concluyó que el porcentaje de participantes que aplicaban voltajes notables se situaba entre el 61% y el 66% sin importar el año de realización ni la localización de los estudios.
¿En qué consiste esa autoridad por parte del ICEX? En 2 cosas: para acceder al primer año tienes que pasar por un curso de formación en el que te repetirán hasta la saciedad que tú no pintas nada, que no tienes un vínculo laboral con ellos y que vas a ir a tu destino sólo a obedecer. Pero sobre todo te remarcarán que, si te portas bien, tendrás una buena segunda fase. Una vez en el destino, la obediencia será personificada en la figura del consejero de la oficina comercial, que no sólo será la única voz que escuchen desde el ICEX para absolutamente todo lo que ocurra en su delegación, sino que será el único responsable de la evaluación del becario, no teniendo que dar cuentas a nadie del porqué de sus calificaciones. Por eso muchos becarios que no tienen la suerte de encontrarse con un consejero que no le haya cogido el gusto a sentirse superior o a dar órdenes sin justificar, se someten a cualquier mandato por su parte: horas extras, trabajo los sábados, trabajar enfermo, no formular quejas, etc. Y así durante un año entero, con el objetivo de conseguir ese segundo año mejor.
Desde un punto de vista económico, crear trabajadores sumisos crea un modelo empresarial desastroso. Por eso las administraciones de los países verdaderamente desarrollados y cualquier empresa medianamente seria tienen unos procesos transparentes de evaluación de sus trabajadores, donde se hacen públicas no sólo las calificaciones de todos sino que se explican esas calificaciones. De esta forma se consigue evitar que el que califique pueda hacerlo de forma arbitraria pero también se consigue que el calificado averigüe dónde falló, dónde acertó y por qué. Esto no es lo que hace el ICEX. Ellos prefieren sumisión.
3 comentarios:
del segundo párrafo no me atrevo a opinar, pero del primero hay que decir que cuanta razón llevas.
los informáticos, quizá por aquello de que nuestra segunda fase es un poco ful, no tenemos tan arraigado ese sentimiento de "tragar por todo el primer año", pero yo he de reconocer que cuando empecé la beca ya estaba pensando en qué pasaría el segundo año.
El experimento Milgram ha sido replicado infinidad de veces obteniéndose siempre los mismos resultados. De la misma forma que siempre ha cosechado estupefacción y escándalo a su alrededor. Pero eso no lo hace menos cierto.
Por eso, lo que expongo en el segundo párrafo no es, por tanto, una opinión. Es un hecho.
Así, la conexión entre el trato del ICEX, priorizando los principios de autoridad y obediencia en sus oficinas de todo el mundo, y los resultados que un trato así puede llegar a desencadenar me parece clara. Y por eso y por la desazón que me provoca, me veo obligado a comentarlo.
Pufff, eso te lo quieren meter en la cabeza. En la mayoria de OFCOMES la gente se rasca las bolas, la opinion del consejero no la lee ni dios despues, y las empresas de segunda fase aun menos. La segunda fase es una loteria que no tiene nada que ver con lo que hiciste en la primera.
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