O por qué cuando deberíamos decir no decimos vale.
El experimento se lleva a cabo con niños, unos con una moderada-alta capacidad de resistir la influencia de los demás y otro con una capacidad moderada-baja.
Ante las pruebas que les hicieron, los niños del primer grupo muestran, en sus resonancias magnéticas, una actividad neuronal más "coordinada" en las zonas de su cerebro encargadas de la toma de decisiones.
En concreto, a los niños se les mostraban vídeos con rostros neutros o enfadados al mismo tiempo que gestos de manos neutros o agresivos. Los niños con alta resistencia mostraban mucha menos actividad cuando aparecían las visiones de enfado (como haciendo ver que a su cerebro no le importa tanto).
Visto en Cognitive Daily (recomiendo leer los comentarios a su post).
31 julio 2007
La presión del grupo
Publicado por Un barquero chiquitito en 10:16 p. m.
Temática:
neurología,
psicología
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario