Cuenta Richard Feynman en su libro autobiográfico What do you care what other people think (¿Qué te importa lo que piensen los demás?) que en cierta ocasión se puso a contar mentalmente para comprobar cuánto podía aproximarse a un reloj. Cogió un segundero y llegó mentalmente hasta 60... para observar que en el reloj sólo habían pasado 48 segundos. Volvió a hacerlo muchas veces (replicación científica) obteniendo 48, 49, 48, 47... Y se dio cuenta de que, aunque su segundero interno no era igual que el del reloj, sí se mantenía una constante que los relacionaba.
En la naturaleza existen multitud de estos relojes biológicos que permiten a los organismos vivos llevar una "agenda" interna. Uno de los blogs de Science tiene como tema troncal la investigación de estos "mecanismos".
Su autor lo ha bautizado, muy apropiadamente, A blog around the clock.
15 julio 2007
Los relojes biológicos.
Publicado por Un barquero chiquitito en 12:02 a. m.
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