No le encuentro muchas, pero sí alguna. Sobre todo aquellas relacionadas con recuperar tareas olvidadas debido a lo que funciona con electricidad. ¿Qué haces cuando es de noche, no tienes planes para salir pero de repente se va la luz y con ella la televisión, la radio, el ordenador...? Vale, te cabreas. Pero ¿y después? (y os aseguro que no vale seguir cabreado pues la luz se va tan a menudo que la costumbre, y por tanto la aceptación, previo paso de las otras tres etapas de la pérdida, acaba sustituyendo al enfado).
A mí me da por pensar. Y como la luz se va cada dos por tres, lo hago durante horas. Cada día.
Ahora bien, ¿es bueno pensar tanto? Es decir, en este post he venido manteniendo una discusión sobre lo bueno que es pensar, librarte de las influencias externas y descubrir las auténticas razones de pensar lo que piensas y hacer lo que haces. Pero todo tiene un límite. Para pensar tienes que tener algo en lo que hacerlo. Si piensas siempre acerca de las mismas cosas no avanzas nada. Así pues, la pregunta sería: si cada nueva experiencia requiere una pequeña reflexión, ¿hasta cuándo cada nueva reflexión requeriría reflexionar sobre ella? Y así hasta el infinito. Resulta obvio que, en muchas ocasiones, cuando no tenemos nueva información sobre un tema, seguir pensando sobre el mismo sólo nos hace dar vueltas en círculo (esto tb lo decía Russell, sí). Una y otra vez nos descubrimos pensando sobre lo mismo, llegando a las mismas conclusiones. Eso es una desgracia, porque dichos pensamientos, debido a la frecuencia con la que se reproducen, se vuelvan más y más fuertes dentro de nuestro cerebro.
Desde un punto de vista práctico, frío, calculador y en contraposición con los que viven dentro de su propio mundo o con los que no pueden estar sin hacer algo que les distraiga, el objetivo sería equilibrar las experiencias y las reflexiones. No tener más experiencias de las que seamos capaces de asimiliar y "salir a buscar nuevas" siempre que nuestros pensamientos se vuelvan circulares.
Bienvenido a la asociación "Piensa, funde tus plomos a diario durante unos minutos". :-p
16 abril 2007
Las ventajas de no tener luz.
Publicado por Un barquero chiquitito en 12:03 p. m.
Temática:
neurología,
Opinión,
psicología,
Vivencias Angola
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5 comentarios:
Los plomos se reponen, ¿sas?
me he perdido en piensa csbre el pensamiento pensado y pensando piensa piensa, jajaja! casi conjugo el verbo!
pensar, reflexionar está bien pero te propongo un ejercicio de teatro q desarrolla otros puntos sensoriales para otra noche sin luz.
se trata de caminar con los ojos cerrados recorriendo un espacio, primero vas caminando muy despacio para q los choques no te jodan una rodilla etc. pero después es increíble como vas dessarollando la capacidad de sentir en la oscuridad (y digo sentir q no es oir)
bueno, es otra manera de pasar el rato ya mover otros músculos antes de funcir la reflexión totalmente!
bics
Gracias a ambas por tan diferentes consejos.
Hice teatro un par de años. Y hacíamos muchos juegos de ese estilo. ;-)
piensa en positivo de los que y, no solo cuando no hay luz, también estan pensando en ti y te quieren.ajotaemece.
¿Tanto hablar de pensar por uno mismo, y no lo que te dicen los demás, y todavía no os he convencido? Cachis. ;-)
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