20 abril 2007

En un despiste le arrancó los testículos de un bocado

Así fue.

Él, curandero de profesión, practicante de técnicas tan saludables como beneficiarse a sus pacientes para que mejoren de sus enfermedades (incluso eliminando todo rastro de SIDA) y ella, esposa cornuda (y puede que algo celosa), estaban discutiendo cuando ésta última se abalanzó sobre la entrepierna de él, quitándole los pantalones y calzoncillos y consiguiendo, en un alarde de agilidad y precisión, alcanzar el escroto con los dientes.

Zas! El curandero ha muerto (del desafortunado e inverosímil mordisco). Y yo cada día me sorprendo más del nivel periodístico que tienen por aquí. Pero claro, si están acostumbrados a leer artículos diciendo que el gobierno lo está haciendo todo bien, las cosas se aclaran. Aunque algunos no se fían mucho. O nada.

Visto en Angonoticias, donde una vez más es recomendable echarle un vistazo a los comentarios.

Recomendación cinematográfica (por gentileza de nushu): Dexter.

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