Había una vez unos ácaros del suelo que practicaban el ñaca-ñaca con fruición. Sin embargo, una bruja mala, a la que le provocaron alergia, les maldijo a tener que reproducirse por partenogénesis. De vez en cuando, de los huevos que ponían las hembras, salía algún macho. Todos (y todas) lo observaban crecer con suma atención (y deseo, por qué no decirlo). Pero, una y otra vez, el macho demostraba ser estéril.
Hasta que un buen día algunos de esos ácaros vieron una luz (cuyo origen no se ha podido determinar todavía) y treparon por un árbol para seguirla. Esto hizo que, sin darse cuenta, abandonasen el terreno donde podían afectar a las descendientes de la bruja. De esta forma, la alergia desapareció en una de ellas, que se puso loca de contenta. Y de tanta alegría decidió liberar de la maldición a esos (y sólo a esos) ácaros.
Ahora, después de millones de años, los bichitos han vuelto a sus orígenes. Y, por lo que cuentan nuestros reporteros, todavía no han hecho ninguna declaración. Sus vecinos los estorninos afirman ojerosos que quieren recuperar el tiempo perdido.
Visto en Science.
17 abril 2007
Millones de años sin mojar
Publicado por Un barquero chiquitito en 11:30 a. m.
Temática:
Cuentos,
Naturaleza,
Sexo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Aroma
No es la fiebre
la que está en las sábanas,
es tu aroma de mujer en celo
que en cada madrugada
hace hervir mi sangre
y me lleva a un mundo de unicornios.
Un aroma que mina
y mi esperanza aviva,
que mi leño atiza
y mi existencia humedece.
Tormenta
Paso a paso, como llovizna de abril,
mi saliva se va quedando
en cada poro de tu piel.
Y en la horcadura
donde emana la vida
se riega mi simiente,
liberando una tormenta
de placer y de gloria,
acto seguido… la calma.
Perdón
...y es que tu cuerpo desnudo
laudable y sereno,
lleno de vida,
me embriaga
y me lleva a perdonarte la felonía.
Delirio
Me encanta contemplarte
en esas noches cuando,
como espíritus que no hallan sosiego,
tus labios
recorren cada recodo de mi cuerpo.
Y en tu loca fantasía
me envuelves en un mar
de lujuria y espasmos.
A oscuras
¿Para qué la claridad
si la oscuridad me lo da todo?
me da tu piel para que las ganas se viertan
y mis manos se pierdan en ella.
Me da unos labios a pedir de boca
y la oportunidad de besarte
sin cerrar los ojos.
Me da también la eternidad del tiempo
que Cupido detiene
para que la noche sea inmortal.
¿para qué la claridad, amor,
si la oscuridad nos los da todo?.
******************************
Víctor González Solano
www.vigoso.blogspot.com
Barranquilla. Colombia
Hola, estos poemas forman parte de mi libro “Mandalas”, próximo a publicar. Autorizo su publicación, siempre y cuando me den el respectivo crédito.
Publicar un comentario