El tema no es nuevo. Hay estudios para todo y para todos. De hecho hay estudios que dicen que los estudios no dicen más que tonterías. Veamos un par de ejemplos que cojo prestados, una vez más, de los blogs de Science (que a su vez los citan):
De 111 estudios de bebidas no alcohólicas, zumos y leche que citaban sus fuentes financieras, el 22% tenía una financiación total por parte de la industria, un 47% no tenían financiación de la industria y el 32% restante tenía parte y parte. ... La proporción con conclusiones desfavorables (para la industria) fue del 0% para los que estaba financiados por ella en su totalidad contra el 37% de los que no tenían financiación.
En 2005, el Journal of American Medical Association encontró que, de los estudios médicos que, desde 1990, habían sido citados más de 1000 veces, un tercio eran contradichos por las replicaciones, y 1/4 ni siquiera habían sido replicados. De los 49 estudios clínicos de investigación originales más citados, 45 anunciaban que la intervención había sido eficaz. De ellos, 7 (16%) eran contradichos por estudios posteriores, otros 7 (16%) han encontrado efectos más fuertes que los estudios posteriores, 20 (44%) fueron replicados, y 11 (24%) permanecieron sin replicarse. 5 de cada 6 de los estudios más citados (sin tomarlos al azar) han sido contradichos o se han encontrado al replicarlos efectos más fuertes. Mientras que si escogemos los estudios al azar, esto sólo ocurre en 9 de cada 39.
Como dice el autor del post, lo más preocupante no es que los estudios sean contradichos (eso es parte de la labor científica) sino que haya un alto porcentaje de estudios que son citados sin que se hayan replicado (ratificado sus resultados).
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